La semana pasada Gallos Blancos presumía una de las mejores defensas del futbol mexicano, pero dos partidos bastaron para dejar esa buena imagen por los suelos con sendas goleadas en el Nemesio Díez y en el México 68.
Contando liga y copa, Querétaro no había recibido gol en ocho partidos consecutivos, desde aquel tanto de último minuto en La Corregidora ante Chiapas por la fecha cinco el 9 de agosto; desde entonces en fila se fueron si poder anotarle a Edgar Hernández y Luis García las ofesnivas de Veracruz, Leones Negros (dos veces), Chivas, Cruz Azul, Puebla, Atlante y Pumas.
Pero todo se vino abajo en dos nefastos capítulos: el domingo Gallos Blancos cayó 4-0 ante los Diablos Rojos del Toluca por la fecha 11 del certamen liguero y apenas dos días después Pumas le pegó 3-0 por el torneo copero.
Querétaro perdió así no solamente una portería inmaculada, sino la posibilidad de avanzar en la Copa MX, habiendo sido líder del Grupo V durante toda la fase de grupos y perdiendo el pase en ese último encuentro en Ciudad Universitaria.