MADRID.— El Real Madrid alcanzó el liderato de la Liga de España por primera vez en la temporada, luego de derrotar al Granada 2-0 con goles de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema.
El momento tan esperado, la posible culminación de una remontada fruto de una clara mejoría defensiva y del juego, no fue como se esperaba. El Real Madrid estuvo gris. Sin chispa en el primer acto. Y acabó ganando cuando retocó su actitud en el encuentro.
El futbolista es profesional, pero no una máquina. Disputando tres partidos a la semana llega un día en el que por la diferencia entre equipos levanta el pie del acelerador y su motivación se aleja del punto deseado. Le ocurrió a los madridistas en una primera mitad tremendamente aburrida, en la que Luka Modric puso la poca dosis de futbol y Cristiano la ambición.
Poco antes se había dado el baño de masas soñado de Cristiano con el madridismo. El Bernabéu, rendido al portugués, quien orgulloso hizo extensible su éxito por el Balón de Oro y tuvo un gesto emotivo con Agustín Herrerín, delegado del Madrid los últimos 17 años.
A los merengues les faltó velocidad, movimiento e ideas ante un planteamiento defensivo firme de Lucas Alcaraz, y con buen gusto cuando el balón pasaba por los pies de Fatau, Piti o Brahimi. El centro del campo poblado incomodó a Xabi Alonso y Di María.
El Real Madrid cambió de actitud en la reanudación. El gol era cuestión de tiempo. Jesé por un lesionado Bale para aumentar las ganas yel ímpetu. Un poco de presión en la salida de juego del Granada.
Sus paradas mantuvieron en pie a su equipo hasta que fue víctima de un grave error propio. Una falta de Xabi Alonso dejó tendido en el césped a Fatau con claros gestos de dolor. Iturra lo ignoró, puso el balón en juego mal y el Real Madrid concluyó su recuperación con un disparo a la red de Cristiano.
Sin carburar a tope, el equipo de Ancelotti ya estaba por delante y cumplía su objetivo. Di María se sacó una gran segunda parte que frenó Roberto y la madera. También el larguero repelió un cañonazo de falta de Cristiano antes de que Marcelo regalase a Benzema el broche de una tarde gris en el campo, emotiva fuera de éste y con un Real Madrid líder por primera vez en la campaña.