Phoenix .— El Super Bowl es mucho más que sólo un partido que define al campeón de la NFL. Desde 1967 los domingos de Super Bowl se han convertido en una fiesta no oficial de Estados Unidos que reúne a las familias y a los amigos en torno a un televisor.
Son dos semanas en las que el mundo deportivo se centra en el encuentro, tomando etiqueta de espectáculo como los Juegos Olímpicos, el Mundial de Futbol, entrega de los Oscar o una boda real.
Tan especial es el Super Bowl que cien mil visitantes arribaron a Phoenix ayer, donde con el correr de los días albergará a más gente, conviertiendo las calles de la ciudad de Arizona en ríos de personas.
Aunque el beisbol es conocido como el pasatiempo nacional, el futbol americano ha tenido un ascenso al grado de facturar nueve mil millones de dólares. La temporada de la NFL tiene muchos menos partidos que los otros grandes deportes estadounidenses —16 en comparación con 162 en el beisbol—.
La audiencia del partido que da el cerrojazo a la temporada es descomunal. Desde 1990 más de 80 millones de personas ven el partido, que en los últimos cinco años ha eclipsado a 100 millones de espectadores, con un récord de 111.5 millones que vieron el Super Bowl pasado entre los Seahawks de Seattle y los Broncos de Denver.
Por ello, los comerciales que se transmiten durante el partido se han convertido en parte del espectáculo, atrayendo a las personas que no son tan aficionadas al deporte.
La tendencia de hacer comerciales espectaculares y presentarlos durante el Super Bowl comenzó en 1984, cuando Apple creó un memorable spot de un minuto basado en George Orwell.
Para este año, los anunciantes que estarán durante la transmisión del partido pagaron 4.5 millones de dólares por cada 30 segundos.
Las apuestas también juegan un rol importante. Según la Asociación Americana de Juego, los estadounidenses gastarán casi cuatro millones de dólares en apuestas ilegales. En Nevada, las casas de apuestas deportivas ingresaron 19.7 millones de dólares para el Super Bowl que ganó Seattle.
El Super Bowl también tiene algunas de las apuestas más exóticas.
Para el juego de este año, los apostantes pueden poner dinero sobre el color del Gatorade que se le volcará al entrenador ganador; ¿cuánto tiempo Idina Menzel se llevará en cantar el himno nacional?; el color del cabello de la estrella del pop Katy Perry, quien amenizará el medio tiempo, son, entre otras más, de las apuestas exóticas que se ofrecen en Las Vegas.
Hablando del medio tiempo, el espectáculo también se ha vuelto uno de los actores principales del Super Bowl. Este año será Perry con Lenny Kravitz los que pongan a saltar a los aficionados con su música. En el medio tiempo de ediciones anteriores han estado artistas como Bruce Springsteen, The Who, Prince, Madonna y Bruno Mars con los Red Hot Chili Peppers, quienes estuvieron el año pasado.
Durante la semana previa al partido la ciudad sede se vuelve en una fiesta continua, con una derrama económica de millones de dólares que hacen que año tras año varias ciudades peleen por ser la casa del Super Bowl.
En los últimos años el día de medios ha adquirido mucha más importancia, al punto que los aficionados pueden ingresar al evento si pagan entradas de 28 dólares.