ACAPULCO.— Con unos ojos color turquesa, cabello rubio y un cuerpo que hace evidente muchas horas de trabajo en cancha, parecería imposible que Dominika Cibulkova caminará inadvertida en algún lugar del mundo, pero ella afirma que así era hasta antes de su gran actuación en el Abierto de Australia, a principios de año.
En Melbourne, en el primer Grand Slam de la temporada, Cibulkova, de 24 años de edad, venció a Maria Sharapova, Simona Halep y a Agnieszka Radwanska en camino a la final australiana, donde eventualmente perdió con la china Li Na.
Pero su vida ya no fue la misma desde entonces.
“Para mí es un torneo que me cambió la vida, todo ha sido diferente desde entonces”, dijo Cibulkova ayer tras conseguir un triunfo en la primera ronda del Abierto Mexicano de Tenis. “Ahora soy muy reconocida”.
Cibulkova entró en un tobogán de malos resultados del cual no ha podido salir.
En la Copa Confederaciones perdió sus dos partidos de singles ante Alemania y en el Abierto de Qatar se retiró apenas en la primera ronda.
Ubicada 13 del mundo, la tenista llega a Acapulco en busca de mejorar. Ayer dio un primer paso al vencer 6-3, 6-4 a Urszula Radwanska.
Cibulkova es la primera sembrada en Acapulco, donde busca ganar el cuarto título de su carrera. Para lograrlo deberá imponerse a un duro cuadro donde destaca la canadiense Eugenie Bouchard y Kaia Kanepi, de Estonia.
“Sé que no será fácil, tengo presión por ser la número uno, pero es normal”, dijo Cibulkova, quien en México ya es una de las consentidas de la afición que la arropa y ayer se le entregó.