GUADALAJARA.— Guadalajara está prácticamente desahuciado. Sus posibilidades de entrar a la Liguilla se remiten a un milagro. Así de grave es la situación del Rebaño. El Clásico frente al América, reconoce el plantel, fue el punto de rompimiento. La derrota hundió a Chivas en un bache del que no puede salir.
El 31 de marzo pasado, las Águilas se metieron a la cancha del estadio Omnilife para imponerse 2-0. Para la escuadra tapatía, significó más que una derrota. El golpe anímico no se ha podido superar. A partir de ese momento comenzó una mala racha de cuatro derrotas en fila que tiene a los dirigidos por Benjamín Galindo al borde de la eliminación.
“Yo creo que el torneo desde la jornada uno cuenta lo mismo. El equipo fue de menos a más siempre, pero después del partido ante América, caímos en ese gran bache y no hemos podido salir de él”, reconoce Luis Ernesto Pérez.
“Creo que se debe a diferentes circunstancias y a lo mejor muchas de ellas sonarían a pretextos. Eso creo que no va. Cada uno tiene su culpa, su responsabilidad y hay que asumirla”, añade el mediocampista rojiblanco.
Hoy, estar al borde de la eliminación genera sentimientos negativos. “Mal, porque siempre uno trabaja para tratar de estar en la Liguilla, tener un campeonato bueno, pero así es esto, hay que asumirlo con toda la responsabilidad y trabajar estos últimos partidos para después ver qué es lo que sucede”, sentencia Lucho.
Inclusive, existe enojo en el Rebaño. “Molesto porque hemos trabajado muy fuerte. Sabemos lo que hacemos día con día y ha sido un trabajo duro. Lo malo es que no lo hemos podido reflejar con resultados que al final es lo que cuenta. Por eso la molestia de no tener los puntos que pudimos haber logrado”, detalla Pérez.
Mientras, Pérez sufre con el Rebaño, su anterior club, Monterrey, lucha por llegar por tercera ocasión consecutiva al Mundial de Clubes.
“Yo nunca me voy arrepentir de las decisiones que tomo. Espero en Dios y en el trabajo, que pronto podamos llegar a tener resultados”, afirma.