SAN FRANCISCO.— El juego se llama pitcheo y se apellida Bumgarner. Los Gigantes de San Francisco vencieron 2-0 a los Tigres de Detroit con una joya de pitcheo de su abridor Madison Bumgarner para tomar una cómoda ventaja de 2-0 en la Serie Mundial.

El zurdo trabajó sobre la loma siete entradas, en las que sólo toleró dos hits, regaló dos bases por bola y ponchó a ocho enemigos para que, al igual que en 2010 ante los Rangers de Texas, colgara el cero en un juego de Serie Mundial.

Los Gigantes, en comparación con lo que han vivido en la postemporada 2012, ahora sí han hecho valer su feudo, embolsándose los dos cotejos y parecen estar en rumbo a conseguir su séptimo título mundial. De los 52 equipos que han aventajado 2-0 en una Serie Mundial, 41 levantaron el trofeo, lo que representa 78.8%.

En un recital de pitcheo, el séptimo capítulo, como reza el viejo adagio, resultó el de la suerte para uno y la maldición para el otro. Con las bases llenas, Brandon Crawford bateó un rodado de doble play que permitió la entrada de Hunter Pence para marcar la primera carrera de los Gigantes en el encuentro de anoche en el AT&T Park.

San Francisco mantiene el aspecto anímico a tope desde que se levantó de un 0-2 en la serie divisional ante Rojos de Cincinnati. “Un juego a la vez” pidió el mánager Bruce Bochy y desde ahí, la presión se sacudió.

La magia naranja parece haber contagiado a todo el equipo, ya que en el papel, no se suponía que Bumgarner tuviera un juego como el de anoche. Durante la postemporada, el abridor perdió dos encuentros (efectividad de 11.25), lo que puso signo de interrogación sobre su actuación, ya que también presentó problemas en sus últimas siete salidas de la temporada regular.

Sin embargo, queda claro que en octubre, todo le sale bien al campeón de la Liga Nacional.

El abridor de los Tigres, Doug Fister, quien lanzó de buena manera, cargó con la derrota al permitir cuatro hits, una carrera, conceder un pasaporte y recetar tres ponches en seis entradas, que estuvo a cargo de los envíos felinos.

Fister sufrió un golpe en la cabeza durante el segundo rollo, cuando Gregor Blanco conectó una línea que se estrelló a unos centímetros de su sien. La esférica impactó tan fuerte que se internó en el jardín central.

El derecho, sin embargo, se mantuvo en el juego hasta que Hunter Pence le conectó un sencillo en el séptimo capítulo.

Los Gigantes colocaron el partido en la caja de seguridad en la octava entrada, cuando llenaron las bases con boletos a Ángel Pagán, Pablo Sandoval y Buster Posey. Acto seguido, Pence trajo al plato a Pagán con elevado de sacrificio al derecho.

La ofensiva de Detroit volvió a mostrarse oxidada y comienza a confirmarse que la semana que tuvieron de descanso tras barrer a los Yanquis de Nueva York, les está afectando tal como les sucedió en la Serie Mundial de 2006 ante los Cardenales de San Luis. Detroit sólo produjo dos hits, producto de un doblete deDelmon Young en la segunda entrada y un sencillo de Omar Infante al abrir el cuarto episodio.

El mexicano Sergio Romo bajó la cortina. El derecho retiró sin grandes problemas a los últimos tres bateadores para convertirse en el primer pelotero azteca en cerrar un juego de Serie Mundial. Romo, quien nació en California, es hijo de padres mexicanos y ya fue campeón en 2010.

La Serie Mundial... ¿sentenciada?

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