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Triunfan Silveti y “El Payo”

Triunfan Silveti y “El Payo”
26/12/2012 |03:09
Redacción Querétaro
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El nombre del primer ejemplar de Diego Silveti tenía mucha razón: Vencedor. Era el cuarto encierro de la tarde en la plaza de toros Santa María, en su tradicional corrida navideña y el matador guanajuatense demostró grandeza a su corta edad.

Consentido de los queretanos siempre, Silveti salió al ruedo valiente, a encarar al ejemplar de Montecristo, que sacó lo mejor del torero.

Diego cayó en la primera embestida por tropezarse con una pata del toro, que regresó hacia el matador caído y con un movimiento magistral con el capote logró librarse de la cornada. El público se puso de pie. Silveti también, para seguir enfrentando a Vencedor, con pases con el capote que la gente celebró en grande.

Ya con la muleta, la faena había alcanzado gran nivel, pero en una embestida, el toro alcanzó la pierna de Silveti y lo alzó por los aires, aunque no fue nada de gravedad. Se levantó entre ovaciones y angustia, para encarar con maestría y temple entre sonoros oles y miradas atónitas.

Siguió con la faena. Ya era cuestión personal entre el torero y el toro. Hizo el péndulo por detrás de su espalda varias veces.

Esperó el mejor momento para la estocada final que logró con presición, poniendo a todos de pie y en la espera de la caída del toro de nueva cuenta fue embestido, pero no lo alcanzó a tocar. Todos pedían rabo para el matador, pero el juez determinó que fueran dos orejas.

Con su segundo, Diego cuajó una faena de altura, pero falló con la espada y sólo obtuvo la ovación.

Quien también consiguió dos orejas fue Octavio García El Payo. Tras dos años de no torear en la Santa María, la inspiración le llegó al diestro queretano, que conectó de inmediato con su gente.

El español Alejandro Talavante no gustó. Con sus dos astados no pudo lograr una faena de altura en esta celebración y la gente se encargó de demostrárselo con abucheos y muestras de decepción, aunque le tocó el ejemplar de regalo.

El rejoneador Jorge Hernández Gárate, quien abrió plaza, tampoco tuvo suerte en la tradicional tarde del 25 de diciembre y sólo salió en medio de una ovación.