Ellos fueron los que sacaron la casta del boxeo mexicano. Los que no se contagiaron por sus compañeros de profesión y, con sus certeros golpes, le dieron lustro al honor del pugilismo nacional. De entre los siete monarcas absolutos mexicanos hay dos nombres que sobresalen: Juan Francisco Gallo Estrada y Jhonny González.

El Gallo dio la primera gran campanada de 2013 al noquear al hawaiano Brian Viloria y quitarle sus dos coronas mundiales en peso mosca en Macao, China. El Hawaiian Punch no era doblegado desde 2010. Además, llevaba una cuota de cinco mexicanos derrotados de los que se valió para conseguir los cetros de la Organización (OMB) y la Asociación Mundial de Boxeo.

Con ese palmarés, Viloria llegó ante el orgullo de Puerto Peñasco, Sonora, como amplio favorito. Pero se encontró a un Estrada en su mejor forma. Le presentó un boxeo inteligente, que le fue ganando round por round. El hawaiano cayó en la desesperación. La lectura de las tarjetas fue un mero trámite y El Gallo alcanzó su logro más importante en lo que va de su carrera.

Jhonny González es la otra gran revelación del año. El radicado en la capital perdió su corona pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en septiembre del año pasado ante su compatriota Daniel Ponce de León. Ahí inició un largo camino en donde batalló para convencer en sus peleas, a la par de que sus promotores no lograban concretar la pelea que le diera el chance de recuperar el cetro perdido.

Así llegó su ansiada pelea titular el 24 de agosto pasado, en California. El rival era Abner Mares, quien llegaba como triplecampeón mundial e invicto. Pese a los pronósticos en contra, González se tuvo una confianza inquebrantable. Con dos golpes a la zona hepática del tapatío, lo ablandó. Después vinieron los volados al rostro que noquearon a Mares, apenas en el primer round. La corona pluma del CMB volvía al fin a sus manos.

También se destaca la tenacidad del sonorense Orlando Siri Salido, quien perdió su título pluma de la OMB ante el estadounidense Mike García en enero, pero que lo recuperó en octubre, a costa del puertorriqueño Orlando Cruz.

El que mayor crecimiento presentó entre los monarcas mexicanos fue Leo Terremoto Santa Cruz, quien este año alcanzó su segundo título mundial en diferente división. Se adueñó del fajín supergallo del CMB tras vencer al tapatío Víctor Vikingo Terrazas por nocaut. Terremoto busca seguir en lo más alto.

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