El América sigue sin encontrar el estilo de Gustavo Matosas.
Ese equipo espectacular, que fuera alegremente al ataque con muchos goles a favor, no existe todavía. Oribe Peralta acepta que falta adaptación al sistema del técnico uruguayo.
“Queremos adaptarnos lo más posible, la verdad es que lleva tiempo”, explica el ariete azulcrema. “Estamos trabajando en la semana para lo que quiere el entrenador”
El “Cepillo” siente que ante el Puebla, el sábado pasado, “la pelota simplemente no quiso entrar y así a veces pasa en el futbol”.
Como ariete, Peralta y el resto de los atacantes de las Águilas practicaron ayer los remates a portería. En el partido ante La Franja, todos los disparos azulcremas hacia la portería terminaron por irse a un lado o en las manos del portero rival.
Esa situación de desperdiciar jugadas ofensivas dejó maltrechos a los futbolistas emplumados.
Ante los Tigres quieren una revancha que los reivindique ante su afición. Oribe, el hombre fuerte en el ataque emplumado, quiere mejorar en la contundencia “volver a encontrar la portería contraria”.
Sambueza cambia de posición. Rubens Sambueza juega en un lugar diferente de la cancha ahora que lo dirige Gustavo Matosas.
Con Miguel Herrera y Antonio Mohamed en el timón, el habilidoso zurdo jugaba de volante por izquierda. Ahora, el actual técnico emplumado lo pone como un elemento que ayude a Cristian Pellerano en la recuperación y luego cree jugadas al frente.
“Me pone [Matosas] donde me necesita, después se verá si es ahí donde realmente me ocupa el resto del torneo”, explica “Sambu”.
“Tenemos buena comunicación con Gustavo [Matosas] y sabe hacer su trabajo”, considera.
El siguiente rival del América, Tigres, le trae buenos recuerdos al naturalizado mexicano. Pero dice que es tiempo de dejar la final de hace unos meses entre ambos equipos atrás.
“Fue un partido muy lindo, porque pudimos ser campeones nuevamente. Siempre será grato recordarlo, pero también soy de la idea de que hay que dejar eso atrás, darle la vuelta a la página, para obtener un nuevo campeonato”, expone Rubens.