Phoenix .— En un tono claramente desafiante, el dueño de los Patriots de Nueva Inglaterra, Robert Kraft, alzó fuerte la voz ayer y advirtió que espera una disculpa de la NFL si la Liga no encuentra evidencias concretas en contra de su equipo, que es presunto culpable de desinflar balones en la final de la Conferencia Americana (AFC) ante los Colts de Indianapolis.

Kraft, considerado uno de los dueños más poderosos de la NFL, había guardado una postura más pasiva hasta ahora, pero al pisar esta ciudad decidió ponerle un alto a la sombra de duda que ha caído sobre la honestidad de su escuadra.

“Quiero dejar en claro que creo incondicionalmente que los Patriots no han hecho nada malo o en violación de las reglas de la NFL”, dijo Kraft en una rueda de prensa en la que no aceptó preguntas. “Espero y tengo la esperanza de que la Liga se disculpe públicamente con todo el equipo”.

La NFL encontró evidencias de que 11 de 12 balones empleados por la ofensiva de los Patriots fueron desinflados durante los dos primeros cuartos del partido por el campeonato de la AFC entre Nueva Inglaterra y los Colts de Indianapolis que terminó en una paliza de 45-7.

Hasta ahora, la NFL no ha dado a conocer más avances sobre la investigación, aunque reportes de medios locales especulan que todo apunta a un miembro del staff del equipo como responsable por alterar la presión de aire de los balones.

Mientras la Liga no da una resolución final, los Patriots han sido blanco de críticas que los acusan de tramposos. Esta no es la primera vez que Nueva Inglaterra está involucrado en acusasiones de esa naturaleza, también está el ‘Spygate’.

En 2007 fueron sancionados por la NFL por videograbar las señales defensivas de los Jets de Nueva York en un partido de temporada regular.

“Estoy decepcionado por la forma en que se ha manejado y reportado esta historia. Espero hechos concretos en lugar de cosas circunstanciales que han sido filtradas”, afirmó Kraft en tono molesto.

Kraft salió en defensa de su entrenador Bill Belichick —quien en 2007 fue sancionado con medio millón de dólares— y de su quarterback Tom Brady, quien habría sido el primer beneficiado al usar balones con menos aire del reglamentario.

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