Daniel Ludueña está feliz. Sonríe, se carcajea y se divierte, porque la alegría ha vuelto a su carrera. Pumas lo revivió, le hizo recordar el talento que tiene.

Pero el famoso Hachita tiene en mente seguir con esa racha que lo tiene encumbrado como uno de los futbolistas consentidos por la afición de los Pumas. Dos golazos al América no son suficientes “aún puedo dar más”, avisa.

“Quiero seguir creciendo, junto con el equipo. Fue un envión anímico muy bueno [haberle ganado al América], se llevó el equipo que resalta mucho, no hay nada ganado, pero así, te llena el ánimo y te invita a seguir creciendo más”, presume el creativo auriazul.

Los tiempos obscuros habían atrapado a Ludueña. En Pachuca se le había acabado esa chispa que alguna vez mostró con Santos y antes con los Tecos.

No era el mismo. Se le notaba triste, y en 2013 vivió el peor momento de su trayectoria en México, pues con los Tuzos, apenas pudo marcar dos goles en 33 partidos.

Mario Trejo, vicepresidente deportivo de Universidad, se fijó en él para que ayudara a los felinos a recuperar las glorias extraviadas.

El Hachita fue criticado por su veteranía, por los instantes aciagos que vivió en la Bella Airosa. Sin embargo, el nacido en Argentina ha recuperado nuevos bríos. Los goles bellos han vuelto a su cuota personal. Los Pumas y sus aficionados se lo agradecen.

Hoy, entrena a tope, ha vuelto a tener el coraje y la ambición de sus mejores años. Respira su segundo aire en el Pedregal.

“Me siento muy bien, quiero seguir respondiendo, entrenar, para dar lo máximo al equipo, porque falta mucho para llegar a nuestro tope, teníamos que ganar [la semana pasada] para seguir con la confianza, para mejorar y siempre hay que hacerlo para seguir así”, expresa el mediocampista felino.

Al hacer un recuento de su breve historia en Ciudad Universitaria, Ludueña hace alto en un gol.

El tanto al ángulo que le hizo a las Águilas en el Estadio Azteca y que sirvió a los universitarios a despedazar la paternidad azulcrema lo emociona todavía.

Es capaz de recordar ese 2-1 parcial a la perfección, pues todos sus fieles gozaron ese gol que encaminó al triunfo al Club Universidad.

“Les dije que sí se fueran todos para allá [al área chica], porque cuando hay tiros libres se meten al lado del portero. Le dije a Piko [Marco Palacios] que se parara enfrente de Paul Aguilar que fue el primero que se metió allí para que no quedara libre y, así, se hiciera un tumulto. Quedó muy bien porque la colgué en la portería”, rememora alegre el camiseta 20 puma.

La victoria en el clásico capitalino aún vibra en el corazón del surgido en la cantera de los Millonarios de River Plate de Argentina.

“Siempre es motivante ver a la gente cómo festejaba, qué bueno que les dimos una alegría muy grande. Estoy muy contento”, dice.

Los goles y asistencias de Ludueña le han ayudado a los Pumas a sumar nueve de los 14 puntos que tienen en el Clausura 2014.

Esa cifra le compromete al Hachita a seguir trabajando en pos del equipo, para que regrese a la Liguilla y la disputa por el título.

Mientras sonríe en Ciudad Universitaria, la promesa que hace el talentoso futbolista auriazul es una: “Seguir creciendo”, porque su tope futbolístico —confía— aún está lejos de alcanzarlo.

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