Invitados por parte de abonados, compañeros de la prensa y algunos socios del club llevaron a sus pequeños para convivir con los jugadores.
Formaron dos equipos para jugar un partidito de futbol a lo uruguayito, donde los peques dieron muestra de sus dotes y los jugadores colaboraron para hacerlos sentir en un duelo digno de la Liga MX.
Al terminar el partido, partieron un pastel donde Paolo Yrizar fue el sacrificado para darle mordida y Yerson Candelo aprovechó para jugarle una broma y llenarle la cara de pastel.
Los pequeños se divirtieron en un momento donde convivieron con sus ídolos y los ídolos volvieron a ser niños que soñaban con jugar al futbol.