CANCÚN.— Ni siquiera vio a sus jugadores. En cuanto escuchó el silbatazo final, Rubén Israel se dirigió al vestuario. Tenía los labios secos, pese a la tormenta que caía sobre el estadio Andrés Quintana Roo.
El director técnico del Atlante sabía que la penúltima jornada del Apertura 2013 lo enfrentaba a un genuino peso completo, pero lo que no soportó fue la desconcentración de varios Potros de Hierro.
Cómodo triunfo del Santos Laguna (3-1), bueno para ser el segundo clasificado a la Liguilla. Dominó gran parte del cotejo, pero fue letal durante los primeros y últimos momentos de la mitad inicial.
Eduardo Herrera se valió de la fragilidad azulgrana para comprobar que los caribeños no están para hacerle frente a un candidato al título. Lo de ellos es una interminable lucha por la supervivencia, con el corazón como principal arma.
Muy poco para hacer frente al variado arsenal que presume Pedro Caixinha. El estratega portugués no tiene a Oribe Peralta, concentrado con la Selección Mexicana. Qué importa. El ex delantero de los Pumas mostró que puede cargar con la misión de dinamitar las áreas rivales.
Quedó claro cuando aún no se cumplía el primer minuto. Herrera venció a Yosgart Gutiérrez con aquel certero cabezazo. Apenas se habían jugado 35 segundos.
Hasta ahora, el gol más rápido en lo que va del torneo. Iniciaba el via crucis de Israel.
Frágil de sentimientos a causa de tantos problemas, el Atlante se derrumbó. Su entrenador lo sabía. Intentó reanimarlo con desesperados gritos. Esfuerzo estéril.
Herrera volvió a lastimarlo cuando sólo faltaban 20 segundos para el descanso. Su disparo llevaba potencia, no colocación. Yosgart hizo el resto con una burda atajada.
Todo estaba escrito. Israel sólo aguardó el final para marcharse.