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Es la batalla de los candados. Así se ve en el aparato de seguridad que resguarda a este clásico del nervio, mas también se percibe en la cancha. Pumas y América juegan a neutralizarse, hasta que la mayor determinación felina termina por inclinar la balanza y pone en jaque a las Águilas, en riesgo de ser víctimas de la “maldición del líder”.

En el Olímpico Universitario el “invitado” tarda en llegar, mas cuando esto sucede, el estallido de “¡goool!” sacude al inmueble y a sus 42 mil 700 fanáticos, en su gran mayoría con el puma grabado en el pecho.

El 1-0 es formidable para Pumas, con todo y que Moisés Muñoz se había constituido como el gran héroe de las Águilas. Después de todo, los felinos no han permitido gol de visitante y eso juega a favor en la vuelta, a celebrarse el sábado en el Estadio Azteca. Para avanzar a semifinales, los millonetas tendrán que ganar por el mismo marcador de 1-0. Cualquier gol que conquisten los de CU obligarán a que América tenga que ganar por dos más.

Intenso, así resulta el encuentro entre capitalinos. De principio a fin, el nervio predomina.

Con parados muy similares, auriazules y azulcremas se neutralizan. Tanto así, que el primer arribo real de peligro sucede pasada la media hora.

Al 37’, en el cobro de un tiro de esquina impulsado por Osvaldito Martínez por la punta derecha, Jesús Molina gana por aire y solito suelta el picotazo, mas Alejandro Palacios alcanza a rechazar y la barrida de Oribe Peralta intenta contrarrematar, con tal suerte para los felinos que el rebote le queda a Martín Romagnoli, quien despeja.

Más tarde, al 40’, Ismael Sosa, en par de ocasiones, se encuentra con la posibilidad de anotar. Primero suelta bombazo al travesaño y luego barre en pos del gol, ante la salida de Muñoz.

Así, con esos destellos ofensivos, concluye la primera mitad, animada desde la tribuna con gran intensidad, sobre todo por una mayoría universitaria que impone y obliga al cuadro visitante a replegarse, con todo y su condición de favorito.

En el complemento, la tónica no cambia. Mas esta vez, los auriazules enciman con más insistencia. David Cabrera, cada vez más decidido, pone en apuros a Muñoz y luego, la insistencia de Sosa forza a la gran atajada del guardameta americanista.

Mas pasado el temporal, mal que bien, los de Coapa logran darse un respiro, pero no generan ocasiones frente a la puerta de ‘Pikolín II’, quien luce más relajado en la segunda mitad.

Las cosas parecen complicarse para la casa, cuando al 55’, en una salida, Palacios sale lesionado del hombro, lo que obliga al ingreso de Saldívar.

Hasta que pasado el 75’, Eduardo Herrera hace de las suyas y con un cañonazo obliga al atajadón de Muñoz.

Otra vez enciman a la portería de Moi. Hasta que se produce el ingreso de ‘Hachita’ Daniel Ludueña, crucial en este compromiso. Porque de sus pies viene la asistencia del 1-0. El servicio del argentino encuentra en el área al ‘Grande’ Herrera, quien coloca su testarazo a la derecha del guardameta, esta vez... Inalcanzable.

Sí, de Pumas es la primera parte de la historia... Están muy cerca de la gloria y hacer valer “la maldición del líder” y dejarlo fuera.

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