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Ríe, da indicaciones, platica con los integrantes de su cuerpo técnico y vuelve a detener la práctica con otro silbatazo. Antonio Mohamed goza el inicio de su etapa al frente del América, por más que tenga claro las dificultades que encontrará en los primeros duelos.
No es que El Turco busque pretextos antes de debutar como máximo responsable del siempre caliente banquillo águila. Lo de él es una aclaración, porque sus futbolistas sólo tuvieron 10 días de vacaciones y apenas contarán con nueve para preparar el choque de la primera jornada, contra los Tigres.
“Es un plantel de mucha jerarquía, muy confiable”, presume el entrenador amarillo. “Acá, lo único que podemos llegar a tener en contra es la escasa preparación que tendremos, con respecto de los demás rivales, pero así está el calendario y lo aceptaremos como es. No hay algún tipo de excusa en ese sentido”.
No podía ser de otra forma, cuando se recibe al plantel que llegó a las dos finales ligueras de 2013 (una ganada y otra perdida), el que conformó la base de la Selección Mexicana que superó a Nueva Zelanda en la reclasificación mundialista.
“El único objetivo que hay es clasificar a la Liguilla”, advierte. “Al final del torneo podremos hacer un balance de cómo fue el trabajo y la poca pretemporada que tuvimos”.
“Lo que hablemos ahora no tiene sentido, porque los números se verán cuando termine el torneo. Lo que digamos ahora son puras palabras”.
Eso sí, insiste en que “me gusta tener un equipo agresivo, por ahí un poco más canchero, pero no perder la identidad de buscar atacar constantemente, seguir jugando con línea de cinco [defensas]. A veces, con dos contenciones y tres delanteros; otras, con tres medios y dos hombres de área”.