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Los Ángeles .— Hasta el momento, Miguel Herrera ha tenido un camino plácido al frente de la Selección Nacional. Los resultados, estilo de juego y personalidad del entrenador han provocado que el nuevo ciclo mundialista vaya por buen camino y la idea es mantenerlo a partir de esta noche que comienzan las pruebas de cara a la Copa América y la Copa de Oro, al enfrentar a Ecuador en un amistoso.
¿Cuál es la fórmula? Miguel asegura que no es la táctica implementada en los partidos.... No es que se ganen más juegos de los que se pierdan. Ni siquiera es su gran popularidad.
“¿Que cómo formo un buen ambiente? Muy fácil, hay que ser leal, hablar de frente y ser justo y eso nos puede llevar a meter a esta Selección entre las diez primeras del mundo y —en un futuro— quizá entre las mejores tres [del orbe]”, menciona Herrera al revelar una fórmula que bien podría ser llamada la ‘Ley’ del ‘Piojo’.
En el Tri han quedado atrás las épocas del ostracismo. Es tiempo de apertura, de que los seleccionados se dejen ver en la calle y convivan con la afición, “siempre y cuando haya límites en todos sentidos”.
“Mi puerta está abierta en todo momento para todos los muchachos. Ellos pueden llegar y decirme...'no me gusta esto', 'me siento mejor jugando aquí', 'hoy no me gustó lo que hice' y yo trato de ser igual, hablar con ellos de frente y explicarles por qué tomamos una u otra decisión”.
Claro, uno nunca deja contento a todo el mundo... “a veces uno peca de justo y en eso va un poco de injusticia. Mi idea se basa en lo que veo en la cancha, en los entrenamientos, en los hoteles, en todos lados y de ahí creo tomar las decisiones más adecuadas para todos”.
Herrera afirma que el momento más complicado no es cuando un jugador pueda portarse “mal”, sino cuando el técnico debe decidir una alineación. “Claro, vuelvo a repetir, se trata de impartir justicia, pero a veces si las circunstancias cambian, hago lo que sea mejor para el equipo, sin importar quién esté enfrente”. Esta fórmula le ha funcionado. “Los muchachos entienden, saben que lo que digo, lo hago. Por lo menos están conscientes de que aquí hay apertura y eso hace que haya buena relación, buena química”.
Para el ‘Piojo’, antes que futbolista y seleccionado, el jugador “es un ser humano, un muchacho que tiene ganas de jugar, de vivir, de divertirse. No llamo a nadie para que sea perfecto o porque es perfecto, sino porque es un futbolista que siento que puede encajar en mi idea y que puede disfrutar de lo que hacemos”.
—¿Eres muy recalcitrante en la disciplina?
“No... Para nada. Mira, la disciplina la ponemos todos. Los muchachos mismos son los que ponen los lineamientos y a partir de eso los respetamos todos, y digo todos porque eso también va al cuerpo técnico. Si quedamos a tal hora, pues llegamos a esa hora. Si quieren tarde libre la hay, después del trabajo... No pasa nada, hay que dar confianza y la confianza ellos te la regresan, sin olvidar que [a los jugadores] les debo mucho de lo que me está pasando a mí. Si ellos brillan, yo brillo”.
Aunque finalmente aclara que “estamos en la Selección Nacional, aquí impera la disciplina, el orden del grupo. Estamos representando a un país al que queremos meterlo entre los primeros diez del mundo en el futbol, y para eso debemos de ser serios cuando hay que ser serios y avanzar, quien sabe... quizá a los tres primeros”.