edgar.luna@eluniversal.com.mx
Los Ángeles .— Era una tradición no escrita que en cada Mundial México tuviera un centro delantero surgido de las filas de los Pumas.
En 1966 Enrique Borja hizo vibrar cuando en el juego ante Francia, Fernando Marcos gritaba en su narración: “No falles Borja, no falles...” y el ‘Cyrano’ no falló y anotó contra los galos. En 1978, Hugo Sánchez apenas si se dejaba ver ante el desastre que fue el equipo mexicano, en Argentina.
En México 1986, Hugo otra vez dijo presente, y anotó un gol en el debut ante Bélgica, y Luis Flores lo hizo ante Paraguay. En 1994 Luis García se volvió figura, con dos goles ante Irlanda...
Y después se acabó. De 1998 a 2014, los delanteros surgidos de Pumas no han pintado, primero quedándose en la banca, y después en el camino.
Ahora es el turno de Eduardo Herrera. El defeño, nacido hace 26 años, está consciente de que carga con un pasado que quiere honrar. “Claro que sé la historia de los jugadores de los Pumas en Selección, sé que hay una gran responsabilidad y tradición, pero también sé que cada uno tiene que escribir su propia historia, que no tengo que compararme con nada ni con nadie”.
Y lo que sabe es hacer goles: “Me ha costado mucho trabajo llegar, que se confíe en mí”, menciona.
Después de su debut en el Universidad Nacional, las mieles se volvieron amargas. Por varios años naufragó en la olvidada división de Ascenso, en el desaparecido Pumas Morelos, hasta que Enrique López Zarza lo rescató y lo puso de nuevo en el primer equipo.
“Sí, llega la desesperación, las ansias por ver que no te llegan oportunidades, así que hay que salir a buscarlas”.
Salió, se fue a Torreón, a Santos, donde hubo claroscuros, y regresó al terruño, y fue en Pumas donde explotó. “Como futbolista nunca es fácil, así fue en mi caso, pero hay que tratar las cosas con perseverancia, tenacidad y ahora me doy cuenta de que todo el trabajo ha rendido frutos, aún faltan más metas qué lograr”.
Ahora llegó la Selección, donde lamentablemente no hay tiempo para acoplarse, hay que dar resultados ya. “En Selección Nacional las oportunidades no son muchas, así que tienes que estar muy atento para aprovechar lo que haya. A eso vengo”.
Y si se dan las cosas, de nueva cuenta, un puma podría estar vestido de verde en un Mundial, como Enrique Borja, como Hugo, como Luis Flores y Luis García... Una tradición que obliga.