Ahora que no caminaron de la mano de Juan Francisco Palencia volvieron a tropezar. Pareciera que con su salida, la poca garra que quedaba en Pumas se esfumó tras perder por la mínima ante los penúltimos del cociente, los Tiburones del Veracruz (1-0).
Sergio Egea pausó sus funciones en la vicepresidencia deportiva para tomar el banquillo. Un bomberazo que hizo al argentino ponerse los zapatos del ex técnico de Pumas y posteriormente sudar frío porque su equipo no tiene pies ni cabeza, luego de siete jornadas del Apertura 2017.
Quinta derrota de la escuadra felina en el torneo y cuarta fuera de Ciudad Universitaria.
Los ahora pupilos de Egea no sólo luchan por corregir el andar, sino por encontrarse a ellos mismos.
Con los cambios en la dirección técnica se esperaría que los del Pedregal renovaran ilusiones.
En su lugar, las mismas carencias en la zaga, con cantera aún sin explotar, y los mismos errores a la hora de definir con atacantes extranjeros que se mantienen aún como promesas, como el ecuatoriano Joffre Guerrón y sus subcampeonatos de Copa del Rey y Copa Libertadores.
De eso vive, y sólo con eso ha logrado seguir cobrando en el futbol mexicano.
Sin el chileno Nicolás Castillo, quien se fue con la selección de Chile con muchos días de antelación, para tratarse una lesión, Pumas estaba obligado a demostrar que no padece ‘Nicodependencia’, en especial con unos Tiburones Rojos que viven el día a día, últimos de la porcentual, y que les alcanzó para sumar 10 unidades. Nadan a media tabla con tres victorias, un empate y tres caídas.
Mientras, el orgullo azul y oro decoloró su prestigio en los últimos puestos de la general, con seis unidades, producto de apenas dos victorias, por cinco derrotas.
Los capitalinos se sintieron acorralados desde los tres minutos de juego, por el argentino Daniel Villalva, quien hizo efectivas sus amenazas al marco hasta el segundo tiempo, donde Veracruz hizo de Pumas a su modo.
Villalva, al 58’, hizo vibrar a una despoblada tribuna jarocha, tras una serie de cabezazos dentro del área entre Luis Martínez y Kristian Álvarez, que al final el delantero originario de Corrientes, Argentina, finiquitó con la testa.
La zaga de Pumas increíblemente se quedó viendo a los atacantes tiburones cabeceando dentro de su área y al final pedir un fuera de lugar inexistente.
El resto fue dominio ofensivo de los escualos que sacudieron sobre la raya a unos felinos con las garras chatas, sin filo para sostener el argumento de Sergio Egea, quien a pesar de todo estará lo que resta del torneo de Liga.
Egea y sus constantes gritos a sus jugadores por conservar la calma son inútiles. Expulsión de Jesús Gallardo, en el agregado, hace padecer aún más al timonel, quien trata de ponerse unos zapatos que aprietan.
Se viene Fecha FIFA, a corregir y darle forma al tan presumido proyecto de la Universidad.