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Con la mayor autoridad posible, Cruz Azul parece estar listo para el final del torneo. El 3-0 al mejor equipo de la Liga, el Toluca, es una muestra clara de que Memo Vázquez le ha encontrado el modo y está enfilado a la Liguilla. Con goles de Gerardo Flores, Javier Aquino y Mariano Pavone, La Máquina se mostró como tal, ante unos Diablos irreconocibles que al final se vieron al espejo y ni el propio Enrique Meza supo quiénes estaban frente a él.
La victoria es de quien la trabaja y entre los dos amores del Ojitos, prevaleció el del tono azul brillante.
El futbol de toque que Meza impuso en Cruz Azul en tres años se hacía presente, pero ahora vestido de rojo mientras que los celestes de ahora, de Memo Vázquez, juegan a lo contrario, a rapidez y alargamiento de la cancha.
Choque de ideas que saca chispas, las chispas las pone Javier Aquino quien por la derecha taladra una y otra vez, hasta que rompe el cerco que El Chaco no alcanza a concretar.
Pero el juego era de Cruz Azul, una Máquina que en bloque recupera la pelota y asimismo llega a la zona de peligro. La recompensa se presenta pronto y Gerardo Flores, uno de los olvidados de Meza, abre el marcador.
Los locales ganan, aunque la visita sea como de casa. Sinha toma los controles y la zaga azul, sin Amaranto Perea en la cancha, lo deja suelto, pero a quienes amarran son a los receptores, sobre todo al peligroso Tejada.
Cruz Azul, parece, juega sus mejores primeros 45 minutos del torneo, sólo fallas de un desencanchado Néstor Araujo lo ponen a sufrir, mientras que adelante sólo falta el pase a gol para finiquitar la obra.
Y la recompensa volvió a llegar. Torrado reapareció; ese Torrado de quien dicen muchos, está en las últimas, con todo y eso se encimó sobre Tiago, quien soltó la pelota, Pavone se le dio al hombre del juego, Javier Aquino, quien ahora no perdonó.
Tan bien iban las cosas para Cruz Azul que hasta ataques de habilidad les dio a Castro y Torrado, quienes casi meten el tercero, pero La Máquina no pudo matar y el Diablo agradeció que se terminara la primera parte.
De un jalón, dando un claro mensaje a su equipo, Meza mandó tres modificaciones a la cancha. Pero sobre ésta el cambio no se notó. Fue Cruz Azul quien siguió con la batuta y con las llegadas de más peligro, pero Alejandro Vela y Javier comenzaban los contragolpes muy bien y los terminaban muy mal.
Hasta que apareció Pavone, quien sentenció el encuentro, a servicio de Vela para encarrilar la mejor tarde de La Máquina en el torneo, la tarde donde el tono imperante fue en azul brillante.