SAN ANTONIO .— LeBron James volvió a Cleveland, Kevin Love se le unió y repentinamente los Cavaliers dan la sensación de que pueden ser un gran equipo. Los Spurs ya lo son.
No necesitaron grandes cambios, solo conservar a los jugadores que ya tenían. De hecho, cuentan con casi todas las piezas que aniquilaron a James y al Heat de Miami en las Finales de la NBA para alzarse con su quinto título y esta noche inician una nueva campaña en busca de lo único que no han conseguido en la era de Gregg Popovich y Tim Duncan: dos títulos en fila.
“Sabemos que cada equipo que enfrentemos nos va a jugar con todo”, dijo el delantero de los Spurs, Danny Green. “Somos un blanco más grande ahora. Hay que asumir el desafío y demostrar lo que valemos”.
Los equipos le jugarán igual de fuerte a los Cavaliers, que no ganaron nada desde que James se fue a Miami en el 2010. Pero en el mismo momento en que James, Love y Kyrie Irving, el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas y de la Copa Mundial, firmaron con Cleveland el equipo pasó a ser automáticamente el favorito de la Conferencia del Este.
Love e Irving no tienen un juego de Playoffs sobre sus espaldas, pero esa no será excusa al contar con James.
“Va a ser un desafío diferente para ellos”, dijo James. “Estaban acostumbrados a ser la presa que trata de atrapar al cazador. Ahora las cosas han cambiado”.
Para que se dé una tercera final entre James y los Spurs, esos dos equipos tendrán que sortear varios retos.
La vuelta de Derrick Rose podría encaminar a los Bulls de Chicago a la final. O tal vez la batalla la dé Oklahoma City, cuando Kevin Durant se recupere de una fractura en una pierna. O los Clippers, cuyo nuevo propietario Steve Ballmer está gastando fortunas para reforzar el equipo.