No es necesario sacar la calculadora o el nostálgico ábaco. Los Astros están a dos victorias de su primer título de Grandes Ligas y con las probabilidades soplando en su favor si tomamos en cuenta que el 64% de los equipos que ganaron el juego 3 de la Serie Mundial festejaron al lado de sus fanáticos, con anillo en mano.
En 52 años de historia, la organización nunca había estado tan cerca de ser campeona de Ligas Mayores. Una sensación desconocida pero que ilusiona a Houston y a todo Texas, pues el territorio más grande de Estados Unidos nunca ha tenido a un monarca del mejor beisbol del mundo.
Las matemáticas acompañan a los Astros de Houston, que anoche se impusieron 5-3 a los Dodgers de Los Ángeles, para sumar su séptima victoria en casa durante la postemporada, con lo que alcanzan a los Phillies de Filadelfia (2008) y a los Royals de Kansas City (2016) como los únicos equipos en lograrlo. Ambos fueron monarcas.
Los Astros —con números— han demostrado hasta ahora que menos es más. Su nómina es 115 millones de dólares (vale 150), menor a la de los Dodgers, el equipo que más gastó en este año (265 millones de billetres verdes).
El dinero invertido por los texanos ha sido redituable. El cubano Yulieski Gurriel, el segundo jugador que más dinero obtiene este año (14 mdd), fue el responsable de iniciar la fiesta al conectar un cuadrangular en el segundo inning contra el japonés Yu Darvish.
Como es tradición en el Minute Maind Park, la locomotora que se encuentra en la parte superior del jardín central se movió por el batazo de cuatro estaciones.
El segundo capítulo fue de energía nuclear para los Astros, que consiguieron un rally de cuatro anotaciones. El batacazo de Gurriel provocó el nerviosismo de Darvish, quien no pudo retirar a cinco hombres de manera consecutiva, pese a su talento.
Con corredores en primera y segunda, Marwin González sacudió un sencillo remolcador. Brian McCann dio otro imparable, que añadió rayita a la pizarra, y Alex Bregman —con elevado de sacrificio— sumó una carrera más para el conjunto local.
El momento eléctrico que vivieron los Astros tambaleó a los Dodgers, que sintieron esa entrada como si fuera la pegada del famoso boxeador de Houston George Foreman, dos veces campeón de los pesos pesados.
Un capítulo después, la novena de Los Ángeles consiguió casa llena sin outs, pero dejó pasar el tren del empate y se conformó con anotación de Joc Pederson en jugada de dos outs. Batalla ganada para el constante abridor de Astros, Lance McCullers Jr.
Por primera ocasión en esta postemporada, los Dodgers están abajo en una serie.
El derecho se mantuvo sobre la loma cinco innings y un tercio, en los que aceptó cuatro imparables, tres carreras, concedió cuatro bases por bolas y ponchó a tres enemigos, para su primera victoria en los Playoffs.
El relevista Brad Peacock se encargó de sacar los últimos outs y unir a 40 mil gargantas en un grito de victoria de Astros, y a la ciudad de Houston, que se recupera de los estragos del huracán Harvey.