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En el “infierno”, todos son como hermanos

En el “infierno”, todos son como hermanos
28/11/2012 |01:41
Redacción Querétaro
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METEPEC.— Antonio Naelson Sinha es un histórico multicampeón del balompié mexicano. Identificado con la causa toluqueña desde el Invierno 1999, hace exactamente 13 años, el eterno 10 de los Choriceros suma una final más. Ya antes ha levantado cinco campeonatos en siete finales y ahora va por su sexta corona.

Sí, en el inolvidable Toluca de los torneos cortos, Sinha sólo se ha perdido los trofeos de Verano 1998 y 1999. De ahí en más, él forma parte de la eterna cosecha de trofeos. Todo eso sin perder un gramo de humildad.

“Las historias están para escribirlas. Hay que intentar redactar algo nuevo. Más allá de lo que pueda significar para uno, lo más importante es que signifique algo para el club, para la gente que le va a este equipo. Ojalá que podamos lograr otra estrella más que nada por ellos y no para lo que significa para uno”, expresa el simbólico pingo.

Esta será la décima final escarlata desde el nacimiento de los certámenes semestrales y Sinha es el estandarte escarlata, sobreviviente de tanta gloria alcanzada. Verano 2000, Apertura 2002, Apertura 2005, Apertura 2008 y Bicentenario 2010 forman parte de su impresionante foja curricular.

Por eso, con total autoridad, resume al inmortalizado Toluca con una frase: “Es la historia de los campeones”, dice, en alusión al multicampeón. “Y digo campeones, porque uno no hace nada solo. He tenido la participación de muchos jugadores importantes, de gente que ha logrado hacer cosas con mi carrera, que me ha tratado de apoyar en lo más que ha podido y eso es algo que siempre va a tener uno como recuerdo, de la gente que me ha apoyado”.

En ese rico álbum de recuerdos agrega a Enrique Meza, el actual estratega choricero, de quien elogia su sabiduría, inteligencia, experiencia y el don para generar unidad en un grupo que había extraviado esa virtud en los últimos dos años, después del campeonato obtenido en el Torneo Bicentenario 2010.

“Este grupo ha vuelto a ser un equipo, se juega como tal, los duelos personales los dejamos a un lado y los logros colectivos están por delante”, comparte. Y es que habían dejado de jalar para el mismo lado. “Quizá sí, no aprendimos a jugar con el papel que teníamos. Fueron tres entrenadores, no pudimos encontrar la idea. Cada quien no entendía las debilidades del compañero para suplirlas o las virtudes del otro para acoplarnos. Habíamos perdido la esencia. Hoy en día, todo es diferente, se ha recuperado todo eso y hablamos de disputar un campeonato”, celebra.

Orgulloso, aplaude al Ojitos, a quien le tiene un gran aprecio. “Llegué acá porque él me trajo algún día y hoy nos encontramos en una final más, de la mano de él y de todos los que hacemos este club, y la verdad es que sí le han asentado muy bien estos colores”.

Definitivamente “Meza trata de formar familias, grupos que realmente quieran trabajar en pro del equipo, no buscando cosas personales. Lo que él logra en el ser humano y en el grupo de trabajo es que haya una buena mancuerna entre la gente que está en el plantel”, pondera.

Por eso, la convicción de que contra Xolos tienen los dotes necesarios para conseguir una estrellita más. “Hay que jugar igual, en equipo, con mucha disposición y no dar por perdida ni una pelota. Sabemos de la capacidad de Tijuana, pero nosotros tenemos lo nuestro”, desafía.