Termina el año y las rivalidades de la lucha libre queretana alcanzan su clímax; una de ellas fue la Drabek II y Dragón de Oriente, cuya lucha de máscara contra cabellera terminó con el oriental rapado en la Arena Querétaro.
El camino para el enmascarado no fue sencillo, pues el experimentado Dragón de Oriente comenzó la contienda con todo en busca de agregar una máscara más a su colección, llevándose la primera caída en apenas unos minutos.
En el segundo asalto la acción se desarrolló mayormente fuera del encordado, con un Dragón dominante, que no escatimó en sus castigos, por lo que parecía que se llevaría el triunfo en dos al hilo.
En el papel, el rudo era el enmascarado, pero fue hasta que la lucha se desarrolló en el cuadrilátero que pudo reaccionar y, haciendo gala de una gran técnica, emparejó el combate a una caída por bando con un puente olímpico.
Fue una lucha que quedará grabada en el recuerdo de los queretanos, pues las rudezas de ambos lados no se hicieron esperar en la caída final, a tal grado de terminar ensangrentados y visiblemente cansados, siendo la juventud del rudo el factor que inclinó la balanza a su favor, ganando la tercera caída y la melena del técnico.
Los aficionados que se dieron cita en el inmueble de la colonia España reconocieron la calidad y entrega de los dos gladiadores, ovacionándoles en todo momento y celebrando con estruendo la victoria del enmascarado.
En la lucha semifinal, Optimus, Atómico y Fuego Latino se enfrentaron a la tripleta ruda de Espíritu Negro, Dance Boy y Lince, en otro combate que mantuvo a los aficionados al filo de sus butacas.