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SAN ANTONIO.— Más de 11 mil kilómetros separan a México y Corea del Sur, cuyas arraigadas costumbres parecen aumentar la distancia, pero el destino se ha empecinado en que la nación asiática tenga un lugar muy especial en el corazón de Ricardo Peláez.
El ex presidente deportivo del América se estrenará esta noche como director deportivo del Tricolor mayor, de tiempo completo, ante un representativo que lo ha marcado.
“Ya me lo han preguntado mucho, pero la verdad es que sí, hay algo especial con Corea”, expresa un hombre que marcó 16 goles con la Selección Mexicana. “Resulta bastante curioso”, comenta.
Sus primeros cuatro tantos como seleccionado nacional llegaron la noche del 10 de agosto de 1989, en el Memorial Coliseum de Los Ángeles. Mario Velarde dio la oportunidad a un futbolista que empezaba a brillar con el Necaxa. Los resultados fueron asombrosos.
Firmó el póquer en la victoria de los verdes (4-2), todo un hito en el combinado mexicano. Casi un cuarto de siglo después, aún ostenta la marca de más anotaciones para un debutante.
“Tuve esa suerte y, obviamente, son momentos que jamás olvidarás, pero ahora estamos enfocados en el partido del miércoles, que será muy importante, ya que será el único en el que Miguel [Herrera] podrá probar algunas situaciones”, recuerda. “Pero queremos el triunfo, es muy importante arraigar la costumbre de ganar en cualquier grupo”.
Como lo demostró el 13 de junio de 1998, sobre el lienzo verde del estadio Gerland de Lyon, Francia. Tras suspirar por la Copa del Mundo en 1990 y 1994, Ricardo Peláez cumplió el sueño de integrar a la Selección Mexicana en la máxima justa futbolística del planeta, aunque Manuel Lapuente optó por que comenzara en la banca el primer juego. Sí, el rival era Corea del Sur.
Los asiáticos se fueron al camerino con la mínima ventaja, por lo que El Hombre de la Boina necesitaba un revulsivo y echó mano, nada menos que del delantero para el arranque del complemento, en sustitución del volante Jaime Ordiales. Seis minutos después, Ricardo igualó el marcador con su primer gol en mundiales. También le anotó a Holanda.
“Fue un gran momento, porque no fuimos al Mundial de Italia y al final, no me quedé en la lista para Estados Unidos”, recuerda. “Es algo muy importante en mi vida”.
Cuatro años después, asistió a la siguiente edición del evento, efectuada en Corea del Sur y Japón, pero como director de la Comisión de Selecciones Nacionales. Nuevo eslabón de una cadena que el destino se ha encaprichado en construir.
“Le ha ido bien a la Selección cuando jugamos contra Corea y estoy yo. Ojalá que sigamos por ese camino”, desea el dirigente. “Lo más importante es cumplir con lo que se ha preparado para esta etapa y llegar de la mejor manera al Mundial. Es un rival que nos puede ayudar mucho”.
El primer paso será hoy, ante el combinado de un país muy lejano a México, pero bastante cercano al corazón de Peláez.