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NUEVA YORK.— Fue el Día de Medios del Super Bowl XLVIII. Aficionados, jugadores y periodistas estaban acostumbrados a la amplitud que brindaban los emparrillados de los estadios, mas la NFL optó por llevar a cabo este evento en el Prudential Center, espacio de la reducida arena de hockey donde juegan los Red Devils de la NHL.
Los Broncos de Denver fueron los primeros. Las cámaras, grabadoras y micrófonos coparon el stand del quarterback Peyton Manning, quien fue flanqueado por los receptores Demaryius Thomas y Wes Welker. El resto de jugadores fueron colocados detrás de una vallas que semejaban un corral y no deambularon por el recinto, como era costumbre.
Se notaban incómodos, se empujaban entre ellos para ganar un poco de espacio, bromeaban y contestaban, conforme podían, las preguntas que les llovían a tropel. Este año no hubo personajes alocados, salvo un “súper héroe” de un canal de televisión infantil, y una que otra indumentaria alocada, y una más primaveral, como Mariana González, una presentadora regiomontana de noticias, quien sin enfado presumió su vestido corto y calado, acompañado tan sólo por un sombrero de piel.
Manuel Ramírez y Louis Vásquez, linieros ofensivos de ascendencia mexicana, están orgullosos de sus raíces y de lo que significa ser un ejemplo para los jóvenes latinos en Estados Unidos.
“Para mí y para Manny [Ramírez] es todo un orgullo estar aquí y que nos vean los pequeños. Nos da mucho orgullo representar a la comunidad latina en el Super Bowl y esperamos ser un ejemplo para todos ellos”, dijo Vásquez.
Tras una hora los Broncos abandonaron la arena.
Llegó Seattle, y con ellos los gritos del “Jugador 12” [los aficionados de este equipo] se multiplicaron en las gradas.
Los flashes brillaron sobre el rostro del esquinero Richard Sherman, quien disfrutó de la atención de los medios. También se arremolinaron alrededor del joven quarterback Russel Wilson, quien está en su segunda temporada como titular y quien pidió mayor reconocimiento para el resto de sus compañeros, en especial de la defensiva.
Todo indicaba que Seattle no liberaría a La Bestia, apodo del corredor Marshawn Lynch, quien sólo se asomó un poco para salir en las fotos y justificar su presencia en el Día de Medios.