Madrid.— El Barcelona se clasificó ayer a las semifinales de la Copa del Rey del futbol español al imponerse por 2-3 en el campo del Atlético de Madrid, gracias al gran uso del contraataque y la sobreexcitación de su rival.

Todos los goles llegaron en la primera mitad. Fernando Torres adelantó pronto al Atlético, Neymar igualó, el Atlético retomó la delantera con un penalti de Raúl García, Joao Miranda hizo un autogol para poner de nuevo las tablas y Neymar sentenció.

También se hablará mucho de la polémica arbitral, aunque nada puede justificar todas las patadas que pegó el Atlético, que fueron muchísimas. Por eso acabó con nueve jugadores, y pudieron ser menos.

El encuentro nació con la ventaja azulgrana 1-0 de la ida y la primera parte fue de manicomio. Hubo más goles que ocasiones, unas cuantas fricciones y clamorosos errores arbitrales, que perjudicaron a los dos equipos. Y todo esto bajo la caldera que fue el estadio Vicente Calderón.

El Atlético de Madrid se encontró con la eliminatoria igualada casi antes de saltar al campo, porque apenas tardó 38 segundos en marcar. Javier Mascherano envió el largo, Lionel Messi no acudió al balón y el conjunto rojiblanco montó un contraataque que culminó Torres con una brillante acción individual y un disparo pegado al palo.

El equipo de Diego Simeone tenía el encuentro donde había soñado, pero no logró rebajar su excitación, que ya no le convenía. Y producto de un grave error defensivo, con casi todos los jugadores volcados en ataque, y un gran contraataque culé llegó el empate.

El tanto obligaba a los Colchoneros a marcar dos goles más, por lo que la ventaja de 2-1 de Raúl García no servía de mucho y menos cuando los blaugranas lograron darle la vuelta a la tortilla.

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