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Hombre de gran visión

Hombre de gran visión
29/05/2014 |01:13
Redacción Querétaro
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Allá en las calles de Ciudad Victoria, Tamaulipas, los domingos eran del Deportivo Peña. Y es que ese día era cuando el equipo comandado por los Peña se enfrentaba en contra de los de la calle de al lado, de los de la calle de atrás, y los de enfrente. En esas batallas destacaba el más pequeño de la familia, de nombre Carlos y de apodo Gullit.

Así inició la vida futbolística de Carlos Peña, uno de esos futbolistas que ya se ven poco en la cancha y que tiene como filosofía el respeto al balón y al buen pase.

Peña fue “cazado” por los visores del Pachuca, esos que andan por todo el país en busca del talento del barrio, ese talento que se ha perdido en las escuelitas de futbol. El jovencito maravilló y fue llevado hasta la madriguera de los Tuzos para que ahí su crecimiento se completara. Con el Pachuca comenzó a figurar, a ascender en categorías hasta que llegó al primer equipo.

Fue un gran premio, pero quizá llegó en mal momento. La fama es como el alcohol. Si no se sabe controlar se sube a la cabeza y hace tomar malas decisiones. Dicen los que estuvieron cerca de él que Carlos perdió el piso, sintió que lo había conseguido todo cuando apenas comenzaba a construir su futuro. La directiva de los Tuzos se dio cuenta de ello y en lugar de expulsarlo de sus filas decidió mandarlo a su nueva filial, al León en ese entonces en la Liga de Ascenso. Había que volver a comenzar.

Poco a poco El Gullit dejó atrás su pasado, volvió a tenerle respeto al balón y a su profesión. León consiguió el ascenso y luego el título de liga; León lo volvió a hacer y Carlos Peña fue puntal para eso.

El llamado a la Selección Nacional en tiempos de crisis era por demás necesario y urgente.

Carlos Peña se desempeña en el medio campo. Es de esos jugadores de ida y vuelta, puede realizar labores en la contención, recuperar pelotas y a veces marcar como defensa central y toda vía tiene el fuelle para ir al frente, realizar paredes, poner pases de gol o disparar a puerta.

Carlos es una de las nuevas esperanzas de la Selección Mexicana. Su visión de campo y su educada pierna derecha pueden explotar en el Mundial de Brasil.