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Apareció una pantera disfrazada de gallo blanco para devorarse a los Pumas. Wilberto Cosme, incontrolable y escurridizo, hizo pedazos a los auriazules.
Fue un azote impío para los felinos. El delantero colombiano humilló a la defensiva universitaria para darle el primer triunfo a su equipo, 0-3 en el Apertura 2013. Un doblete y una asistencia lo encumbraron ante sus escasos aficionados en la capital. Universidad nunca supo detenerlo.
Gestos técnicos entre velocidad y precisión. Cosme recorrió a placer la zona en donde sabe hacer daño para “matar” a los felinos.
Darío Verón le tuvo demasiada paciencia y el colombiano lo castigó para dejarle en claro que el precio que tendría que pagar sería alto.
El defensa paraguayo se le quedó viendo. El artillero emplumado tenía el balón en sus botines, ante la complacencia del rival. Entonces, acomodó el cuerpo, impactó fuerte y cruzado el esférico para hacer el primero y darle ilusión a su escuadra.
Apenas al minuto 8 puso a celebrar a sus compañeros. Una sonrisa imponente que corría hacia el tiro de esquina y la felicidad en su festejo. Mirada al cielo en señal de agradecimiento para poner en ventaja a los suyos, contra los pronóticos.
Los Gallos Blancos estaban más cómodos y lúcidos en el estadio Olímpico Universitario. Se mostraban bien protegidos atrás, mientras Cosme ya planeaba el segundo gol del mediodía.
Una escapada, después de un pelotazo que se convirtió en un trazo preciso. El sudamericano apareció con su rapidez. Verón, como su nuevo “cliente”, nunca pudo alcanzarlo. Wilberto corrió sin que la marca le hiciera sombra.
El bote le benefició, avanzó hasta el área, al tiempo que el capitán auriazul batallaba contra sus 34 años por tratar de impedir el gol.
Pero Cosme fue más. Se enfiló al área y batió a Alejandro Palacios por segunda vez (58’). Fue el tanto que acababa el partido en el sentido moral, porque Universidad jamás mostró capacidad de reacción.
“Es bueno empezar así [anotando], porque te da confianza para hacer las cosas bien e intentar seguir marcando goles y marcando historia con este equipo”, describió el artillero al término del partido.
Con la ventaja de 2-0, el Querétaro no perdió nunca el control del partido. Sin demasiada incomodidad ahogó a los Pumas, hasta incapacitarlos para atacar.
Cosme no se conformó. Tenía la ambición de un delantero que también sabe ser solidario. Se volvió a escapar por la banda izquierda, Se adentró en el área y se lució como un magnífico asistente.
Le sirvió el balón a Esteban Paredes, quien sólo bombeó al meta auriazul, Alejandro Palacios. Fue una definición “cascarera” para culminar el baile en CU (80’).
Más allá de los primeros tres puntos de los Gallos, Wilberto gestó un triunfo que la directiva emplumada busca que se convierta en el inicio de una nueva era. Atrás deben quedar las épocas de los problemas de descenso. Con su pantera Cosme, la que “mato” ayer a Pumas, Querétaro lo cree posible.