Cansado de que lo acusen de ser un boxeador que rehúye a rivales de alto calibre, Leo Santa Cruz aceptó el combate de esta noche con su compatriota Abner Mares(29-1-1,15KO), para quitarse ese estigma, pero también para cobrar la bolsa más lucrativa de su carrera.
Santa Cruz, quien marcha invicto en el boxeo profesional con récord de 30 triunfos, un empate y 17 nocauts, aseguró que fue su equipo de trabajo, que es conformado por su familia, el que decidió que subiera de categoría para aspirar a peleas más lucrativas, como la que sostendrá con Mares en el Staples Center de Los Ángeles.
Ambos pugilistas mexicanos obtendran poco más de un millón de dolares por la velada, cifra que Santa Cruz no había cobrado, ni siquiera con su estatus de campeón supergallo.
“Me senté con mi equipo de trabajo y ellos me dijeron que lo mejor era subir de categoría para buscar más dinero. Ellos fueron los que tomaron la decisión de que ahora esté en las 126 libras, porque yo me sentía cómodo en 122”, comentó Santa Cruz, quien combatirá por el cinturón pluma diamante del CMB y el vacante de la Asociación Mundial de Boxeo.
En la división supergallo, Leo tuvo seis combates, pero nunca se dio el que el mundo del boxeo esperaba contra Guillermo Rigondeaux, pues el padre de Santa Cruz considera al cubano como un peleador muy peligroso para el poco dinero que iba a cobrar su hijo.
“Yo siempre he dicho que quiero pelear con Rigondeaux, fue mi equipo el que no quiso, porque dicen que contra él no van a pagar bien por el estilo que tiene. Corre mucho sobre el ring y no busca el intercambio de golpes”, externó Leo, quien bautizó a su segundo hijo Al, en honor de su manejador Al Haymon, quien le ha proporcionado los mejores contratos.
Sobre su actuación en 126 libras, Santa Cruz detalló que se siente fuerte y que su pegada hará daño a Mares, esto a pesar de que en su anterior actuación en este peso, no lució ante José Cayetano, un contrincante con menor tonelaje, pero que soportó los 10 rounds.
“Claro que tengo la pegada para las 125 libras, Mares va a sentir mis golpes, va a ser una guerra, los dos nos vamos a dar. Será una guerra”, prometió el boxeador de origen michoacano.
Durante la ceremonia de pesaje que se realizó ayer, ninguno de los dos tuvo problemas en marcar el límite de la categoría, aunque Mares lució con mayor trabajo físico, lo cual puede ser factor durante el choque.