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SAN ANTONIO.— Manos en los bolsillos del pantalón, constante intercambio de ideas con su cuerpo técnico... Semblante tranquilo, pero un huracán en la cabeza. Miguel Herrera contempló la obra que creó al elaborar la lista llena de sorpresas con la que decidió enfrentar su primer juego de preparación de 2014.
Exitoso arranque de la Selección Nacional en el año mundialista, plagada de jóvenes capaces de responder sobre el lienzo verde y meter dudas a un hombre que sonrió. Le encantan los retos, sobre todo, los que tienen que ver con la elección del arsenal para una batalla.
La que tendrá durante el verano será la más importante de su carrera y los chicos probados ayer en el Alamodome, le demostraron que pueden competir con aquellos que lucen cerca de la Copa del Mundo.
Goleada (4-0) que deja en claro que la competencia está abierta, buena para terminar la malaria frente a los asiáticos, a quienes no se superaba desde aquella histórica tarde francesa del 13 de junio de 1998 (3-1), cuando el Tricolor ganó su histórico primer juego mundialista en tierras europeas.
Desde entonces, los surcoreanos presumían cuatro duelos sin caer ante los verdes (dos victorias y dos empates).
Imbatibilidad que ahora está del lado del Piojo. Póquer de triunfos como estratega nacional. Efectividad al 100%, con Oribe Peralta como pieza clave.
El Cepillo suma siete de los 17 goles marcados por el representativo nacional con su actual timonel. Anoche abrió el marcador tras un buen servicio de Miguel Ponce (36’). El Pocho, uno de los seis futbolistas que sólo tenían un juego para seducir a Herrera, tuvo una buena actuación, al igual que el resto.
Ninguno como Isaac Brizuela. Veloz, hábil e inteligente, El Conejito desquició a los zagueros coreanos. Su hambre de gloria generó las tres anotaciones. La última, con un desborde digno de museo.
Nunca dio por perdido un balón que lucía inalcanzable. En el segundo tanto, lo mantuvo dentro del área asiática. El resto, cortesía del potente Carlos Gullit Peña y el contundente Alan Pulido, quien marcó Hat-trick (45’, 85’ y 88’) en su debut con el Tricolor mayor, aunque no tuvo una velada deslumbrante. Lo suyo fue efectividad ante el marco adversario.
Quienes no estuvieron tan finos fueron aquellos que conformaron la tercia de defensas centrales utilizados en el arranque. Rafael Márquez, Francisco Javier Rodríguez y Diego Reyes, la pasaron mal ante el vértigo y buen juego aéreo surcoreanos. Los tres rebasan los 185 centímetros de estatura, de nada les sirve. De no ser por Alfredo Talavera, el gol del Cepillo habría significado el descuento en un doloroso 0-2 en contra.
El portero tapatío también demostró que transmite seguridad bajo los tres postes mexicanos. Respondió en las pocas que tuvo, para no desentonar.
Lo que explica la tranquilidad reflejada por el director técnico durante la media hora final, más allá de los últimos dos goles. La batalla está en su cabeza, porque los integrantes de la Selección Mexicana alternativa iniciaron bien el año del Mundial y comprobaron que tienen con qué pelear por un sitio en el grupo que viajará a Brasil, el próximo verano.