La reciente llegada de los antiguos Jaguares de Chiapas es sólo uno más de los capítulos de la historia del futbol en esta entidad, en la que no es nuevo que una franquicia foránea se establezca en Querétaro en busca de la gloria que en otras latitudes le fue negada.

También han existido casos contrarios en los que los aficionados han sido testigos de cómo han desaparecido los equipos a los que apoyan. El más reciente es la franquicia que jugó el Clausura 2013 de la Liga MX y que terminó descendiendo tras tres años.

El primer episodio se dio entre finales de los 60 y principios de los 80, cuando los Estudiantes de Querétaro se transforman en el Club Atletas Campesinos, que bajo la tutela del Cinco Copas Antonio Carbajal logra el ascenso a la Primera División sobre los Osos Grises de Toluca. Era la primera vez que Querétaro tenía futbol de la máxima categoría. La afición era feliz.

Lamentablemente, la aventura en el circuito principal de nuestro país duró apenas dos años. Atletas Campesinos no logró figurar y fue vendido, transformándose en el Tampico Madero, luego de la campaña 1982-1983.

En 1985 nacieron las Cobras de Querétaro, con la finalidad de ser filial del Club América. Para sorpresa de muchos, el equipo logró el ascenso de inmediato y fue el primero en jugar como local en el estadio La Corregidora, construido para ser una de las sedes de la Copa del Mundo México 1986.

Las Cobras sólo jugaron una campaña en Primera y regresaron a la Segunda División, para trasladarse a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde pasaron los mejores años de la franquicia.

Fue hasta la campaña 90-91 que José Antonio García compró al Tampico Madero para traerlo una vez más la capital queretana, manteniéndose hasta la temporada 93-94 en que otro descenso dejó sin balompié de Primera División a esta ciudad.

En la 94-95 se dio el breve paso por Querétaro de otro Tampico Madero, que esta vez asumió el mote de TM Gallos Blancos y que se tuvo que mudar de Tamaulipas por problemas económicos.

Como era de suponerse, el experimento fue desastroso, el equipo registró uno de los descensos más holgados de la historia del futbol mexicano, al quedar sin probabilidades matemáticas de lograr la permanencia, cinco jornadas antes de la finalización del torneo.

La siguiente participación queretana en la Primera División llegó otra vez gracias a una compra. En 2002, los Reboceros de La Piedad se convirtieron en otra versión de los Gallos Blancos. Este equipo será recordado por haber desaparecido tras la decisión de la Federación Mexicana de Futbol de reducir de 20 a 18 el número de equipos en la Liga nacional.

Pero Querétaro seguía queriendo futbol profesional y empresarios locales compraron al Zacatepec de la Primera División A, que jugó dos finales de ascenso, cayendo en la primera ante San Luis para un año más tarde imponerse a Puebla y regresar a Primera División, en 2006.

Esa franquicia se mantuvo en Querétaro varios años y descendió en 2007; ascendió de nuevo en 2009. Hoy, Querétaro está de vuelta en el máximo circuito y de nueva cuenta gracias a otra compra, la de Jaguares de Chiapas.

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