Manila.— El boxeador filipino Manny Pacquiao reveló que consumió todo tipo de drogas en la adolescencia, pero que apoya totalmente al presidente Rodrigo Duterte, cuya ofensiva antidrogas ha dejado en tres meses más de 3 mil muertos, en su mayoría consumidores y pequeños traficantes.
Pacquiao, quien es ahora senador y un aliado cercano de Duterte, dijo también que el mandatario fue ungido por Dios para disciplinar a los filipinos, por lo que se debe respetar su autoridad.
“El presidente no sabe mi experiencia con las drogas, nunca se lo he comentado”, dijo Pacquiao, de 37 años, quien agregó que confía en que esta revelación no dañe su estrecha relación.
“Él siempre da la oportunidad a las personas que quieren cambiar y eso fue lo que yo hice”, sostuvo el boxeador en una entrevista en su oficina del Senado.
“Probé drogas... muchos tipos de drogas, todo tipo de drogas”, dijo el púgil, quien agregó que esa etapa de su vida se prolongó durante años “antes de convertirme en un campeón pasé por muchas experiencias que me hicieron crecer”.
Duterte, quien asumió el cargo el 30 de junio, ha hecho de la guerra contra las drogas el eje central de su presidencia, argumentando que los narcóticos están destruyendo la nación de 100 millones de personas. Desde entonces, 3 mil 171 personas han muerto en operaciones policiales legítimas, según la policía.
La amistad entre el boxeador y el presidente se remonta por lo menos a hace 15 años, cuando Duterte ayudó a Pacquiao a organizar una de sus peleas en la ciudad de Davao.
“Me ha ayudado mucho. Me ayudó con la promoción cuando empecé en el boxeo y eso lo aprecio mucho. Él patrocinó una de mis peleas celebradas en Davao y se lo agradezco”, dijo Pacquiao, un zurdo que ha sido campeón del mundo de ocho divisiones.
“También me ayudó económicamente”. Pacquiao dijo que culpar de las muertes al presidente era injusto, porque se trata de narcotraficantes que están matando a los filipinos.
“Dios lo puso ahí por una razón, por un propósito, para disciplinar a la gente”, dijo el senador.
En la última campaña presidencial, Pacquiao apoyó en un comienzo al candidato Jejomar Binay, rival de Duterte, pero semanas más tarde expresó su lealtad al actual mandatario.
Ahora es uno de los aliados más cercanos de Duterte y una de sus primeras acciones en el Senado fue presentar un proyecto de ley para reinstaurar la pena de muerte para los delitos relacionados con drogas y otros asuntos graves, uno de los principales planes del presidente.
A menudo descrito como el mejor boxeador libra por libra del mundo, Pacquiao puso fin a su retiro para pelear en noviembre ante el estadounidense Jessie Vargas, campeón de peso welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Reuters