El joven rejoneador Alejandro Zendejas junto al novillero Diego García compartieron la salida a hombros de la plaza de toros Provincia Juriquilla, ambos triunfadores del Festival Taurino “Pedro Reverte” con el corte de dos orejas cada uno.
Festival altruista de la Fundación del mismo nombre para hacer conciencia sobre el consumo del alcohol entre los jóvenes, donde el hermano menor del torero queretano Octavio García “El Payo”, Diego García, hizo gala de gran valentía y oficio, ofreciendo una noche entregada, dedicada a su amigo por el que nació este proyecto, el joven Pedro Reverte, quien falleció hace unos años en accidente automovilístico.
García desde un principio demostró que llegó en plan grande, pues recibió al novillo de Barralva a porta gayola, con lo que conectó de inmediato con la afición de los tendidos, que superaban los 150 asistentes al encuentro taurino.
Realizó algunas chicuelinas que mantuvieron la emoción y postriormente brindó su faena al matador Alejandro Amaya. El novillero se fue a los medios para iniciar la faena con la muleta.El novillo de Barralva presentó complicaciones, pero con gran actitud Diego llevó al buen puerto su presentación que cerró con manoletinas ajustadas y una estocada hasta la empuñadura para recibir dos merecidas orejas.
Por su parte, el joven jinete queretano, Alejandro Zendejas, con mayor experiencia en ruedos nacionales demostró que va en ascenso en su carrera de rejoneador y logró con excelente faena el corte de dos orejas ante el último ejemplar de la noche, proveniente de la ganadería La Venta del Refugio, que se prestó para que el torero a caballo luciera lo suficiente para merecer los trofeos. El ejemplar de La Venta del Refugio mereció la vuelta al ruedo al término del festejo.
El resto de la terna, conformada por el rejoneador Santiago Zendejas que dejó buenas sensaciones en su debut para recibir palmas. Pablo Álvarez “Palillo” cuajó una faena artística, con gran oficio pero la falla con la espada lo dejó sin trofeos pero con la ovación por su entrega.
atricio Pons lució por momentos pero también falló con el acero siendo silenciado, mientras que el novillero capitalino Iñigo Rodríguez se estrelló con un ejemplar que le dio muy pocas opciones.