HOUSTON.— Y el pequeño hechicero continúa atrapado en el conflicto de intereses protagonizado por el Tricolor y el Mallorca, club al que Héctor González Iñárritu acusa de “secuestrarlo”.

Ayer por la mañana, Giovani dos Santos tenía la certeza de que reportaría con la Selección Mexicana dentro de pocas horas. Ya estaba en Barcelona para tomar el avión que lo llevaría a Londres, de donde se trasladaría hacia Houston… Hasta que recibió una inesperada llamada telefónica.

La directiva del conjunto balear acudió a la Liga de Futbolistas Profesionales en España para solicitarle respaldo y que el atacante se ponga a las órdenes de José Manuel de la Torre hasta después del sábado, día en el que los escarlatas intentarán eludir el descenso, frente al Valladolid.

Objetivo cumplido, al menos por ahora. Todo indica que el campeón olímpico volverá hoy a Mallorca, pese a que la FIFA exige que los jugadores convocados por representativos nacionales reporten, al menos, cinco días antes si deben cambiar de continente. El Tricolor visita Jamaica el martes, por lo que el plazo vencerá hoy.

“Sería un precedente importante a nivel mundial, porque el club está secuestrando al jugador y rompiendo el reglamento, que está clarísimo”, sentencia el director de Selecciones Nacionales. “Quisiéramos que las acciones se tomaran en contra del club, porque está reteniendo al jugador y no lo dejó venir. Son cuestiones jurídicas y legales”.

“Lo que me importa es que él esté bien, se concentre en lo que va a pasar, ya sea con su club o nosotros. El peor escenario es que se quede (en España) y llegue el domingo en un avión privado, acabando el partido Mallorca-Valladolid...”.

Según González Iñárritu, el argumento de la directiva mallorquina es que el duelo en Kingston está programado en una fecha para cotejos amistosos, por lo que los equipos sólo están obligados a ceder a sus futbolistas 48 horas antes del silbatazo inicial.

El problema es que los altos mandos tricolores poseen una carta firmada por Jérome Valcke, secretario general de FIFA, en la que se aclara que éste es eliminatorio y deben aplicarse las regulaciones correspondientes. Estaba programado para el 18 de junio, pero se adelantó dos semanas por la participación mexicana en Copa Confederaciones.

“La que debe intervenir es FIFA, vía el Estatuto del Jugador, para decirles la situación y qué pasaría si se queda. El club ya decidirá si toma el riesgo”, precisa, y pronostica un “culebrón legal”.

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