GUADALAJARA.— El futbol, dicen los entendidos, se juega con la cabeza y se ejecuta con los pies. Chivas carece de las dos cosas. Tampoco tiene alma. Así, no se puede. Los abucheos de su propia afición nacen en el dolor de un pueblo rojiblanco que ve a su equipo desmoronarse. Santos Laguna apretó el acelerador hasta que quiso. Y con eso es suficiente para un 2-0 que hunde al Rebaño que alguna vez fue Sagrado.

Guadalajara ya no pelea gran cosa y eso se nota dentro del terreno de juego para este duelo pendiente de la jornada uno. Juan Carlos Ortega ha dicho que su equipo sabe ya a lo que juega. Suponiendo que tenga razón, entonces se pasa a una segunda conclusión: este cuadro conoce su sistema, pero lo ejecuta mal. O por lo menos, con suficientes deficiencias como para no pesar como conjunto.

Santos se ve a medio gas y con eso le basta para controlar al conjunto tapatío. Da la impresión, sobre todo en los primeros minutos, de que es sólo cuestión de que se decida para hacer daño al endeble Rebaño Sagrado.

Chivas, teóricamente, tendría un motivo de festejo esta noche. Exactamente hace 11 años se realizó en el hoy derruido Club Deportivo Guadalajara la histórica asamblea en la que los socios decidieron transformar la institución en una sociedad anónima, para venderla a Jorge Vergara. Sin embargo, la crisis deportiva, evidente sobre la cancha del estadio Omnilife, derrumba cualquier ánimo de celebración. La escuadra tapatía es un desastre.

Santos tiene también su propio motivo de festejo. Oswaldo Sánchez cumple 20 años de su debut en Primera División. Su exitosa carrera lo llevó a vivir días de gloria con el Rebaño Sagrado. Fue un ídolo rojiblanco. Pero ayer pasó prácticamente como un espectador.

Al ataque, Néstor Calderón descuelga por el costado derecho. Néstor Vidrio sale de su zona para apretarlo. Una finta del lagunero es suficiente para el rojiblanco se entregue burdamente. Se ve mal. Pésimo. El visitante aprovecha y llega a fondo sin problema. Manda una diagonal retrasada. Patricio Araujo roza la pelota, que Darwin Quintero remata de primera intención para colocar el 1-0. Gol de Santos, al 80’.

Inician los abucheos cada vez que Guadalajara toca el esférico. La pesadilla parece no tener fin. El equipo se desmorona. La afición pierde la fe. Y los futbolistas se contagian mediocridad unos a otros.

Después, tiro de esquina a favor de Chivas. Despeje de la defensa. Contragolpe. Néstor Calderón sorprende a Luis Ernesto Michel y golazo. El 2-0 definitivo, al 89’.

Santos aún aspira al liderato y el Guadalajara sólo a la ignominia.

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