No hay nadie más grande que Salvador Reyes Monteón... ni lo habrá en la historia de las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Nacido en Guadalajara, el 20 de septiembre de 1936, tenía escrito en su destino ser futbolista y ser del Guadalajara, ya que su padre, Luis Reyes, también fue delantero de las Chivas.
Salvador Reyes El Melón pasó todos los procesos formativos en el club de sus amores. Fue mascota en el equipo, muchas veces posó en la foto inicial antes de los partidos junto con su padre; también la hizo de recogebalones hasta que debutó, a los 16 años, en el Guadalajara, donde se convirtió líder del aquel equipo, de aquel Campeonísimo, máximo referente en la historia del equipo rayado, formado por figuras de la talla de: Jaime Tubo Gómez (qepd), Guillermo El Tigre Sepúlveda, Héctor Hernández (qepd), Crescencio Mellone Gutiérrez, entre otras leyendas.
Una semana después de su debut, Chivas le tenía guardada una sorpresa. Como si supiera que ese joven algún día se convertiría en gran figura. El club lo prestó para que jugara con la Selección Jalisco, que en esos años se formaba para partidos de homenaje. Cuál fue su sorpresa cuando en el vestidor su señor padre, don Luis, estaba presente. Jugaron todo el partido, él por la izquierda, su progenitor por la derecha, algo que recordó toda su vida.
La dinastía Reyes marcó el Guadalajara. Abuelo (Luis Reyes); El Melón y su hijo que igual se llamaba Salvador y que hoy es auxiliar técnico de José Manuel de la Torre en la Selección Nacional, jugaron en el equipo y entre los tres le marcaron al odiado rival, el América, un total de 20 goles, los mismos que le hicieron Zague papá y Zaguinho al Guadalajara. Marcas inovidables.
En 1957, con gol de Salvador Reyes en el último minuto, Chivas venció al Irapuato con lo que consiguió su primer campeonato en la era en que el futbol ya era profesional.
Su destino estaba marcado.
Con el Guadalajara ganó 8 títulos y es el máximo goleador del equipo con 122 goles.
Después de Chivas, cuando los jugadores del Campeonísimo comenzaron a ceder a la edad, Salvador Reyes jugó un año en Estados Unidos con los Toros de Los Ángeles, regresó para militar en el Laguna y retirarse de las canchas en el Atlético Potosino sin anunciarlo.
Volvió a las canchas con las Chivas en 2008, en un juego de homenaje que le realizó el club y en el que jugó apenas un minuto en contra de Pumas, en un partido oficial que ganó el Rebaño por tres goles a cero.
Intentó tener una carrera como director técnico, la cual no tuvo mucho éxito. Don Chava Reyes dirigió algunos equipos tanto en Primera como en Segunda División como el Atlético Potosino, en dos ocasiones y los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
En la actualidad era entrenador de las fuerzas infantiles del equipo. Por su equipo pasaron jugadores ya consolidados como Omar Bravo, Carlos Vela y Javier Chicharito Hernández, así como Érik Cubo Torres y más recientemente Carlos Fierro.
En Selección Nacional jugó un total de 49 partidos, y marcó catorce goles. Fue parte importante del equipo nacional en los Campeonatos Mundiales de Suecia 58, Chile 62 e Inglaterra 66, siendo titular en cada uno de los juegos. Una de sus máximos deseos se quedó sin cumplir: anotar en una Copa del Mundo, pero un gol suyo en Selección fue clave, pues marcó de visita contra Paraguay, lo que valió calificar al Mundial andino.
Don Salvador Reyes Monteón vivió de todo. Anotó en el Maracaná a Brasil; fue amigo de Pelé, quien alguna vez le dijo que era su suegro, por el gran cariño que el astro brasileño le tenía a una de sus hijas.
En Guadalajara le tenían más que respeto. Se paseaba por Verde Valle y novatos y veteranos le hacían los honores a don Chava, de esos inmortales que nunca se deben ir.
Y que vivirá por siempre.