“Hoy hay un plantel sensible, un plantel con temor con amenazas”, fueron las palabras del director técnico de los Gallos Blancos de Querétaro, Hernán Cristante al narrar cómo se vive dentro de la institución luego de lo ocurrido el sábado pasado en el Estadio Corregidora.
El estratega reveló que tanto los directivos como los jugadores han sido víctimas de amenazas hacia ellos como hacia sus familias, las cuales van desde amenazas de golpes como de muerte.
“Hoy hay un plantel sensible, un plantel con temor, con amenazas, cuando el plantel no estuvo realmente involucrado en ningún acto de violencia ni incitando a que pasaran estas cosas (…) Hoy chicos que vienen a entrenar con una lágrima, con el dolor de escuchar a su hijo decirle: papá no quiero que vayas más o que juegues más a la pelota, eso es terrible”, comenta con lágrimas en los ojos.
Cristante reconoce que a lo largo de su carrera ha visto muchos enfrentamientos entre barras, pero nunca nada como lo que sucedió el sábado 5 de marzo en la Corregidora, donde todo se salió de proporción.
“Es una situación triste, muy desagradable, donde el futbol queda manchado, la familia queda dañada, es algo que realmente es totalmente ajeno a lo que vivió o lo que siente un plantel, la institución (…) Me parece que esto se exacerbó a un nivel que no tiene comparación. Llamar a los jugadores o a la gente de la institución asesinos cuando ellos pusieron su integridad y se expusieron para poder salvar o ayudar a alguien”, dijo.
Agregó que, sin haber sido protagonistas de la violencia registrada, existe vergüenza en el equipo por lo sucedido y, si bien señaló que el tema de la desafiliación preocupa, es su seguridad lo que les quita el sueño.
“Es ese uno de los temores que hay (la desafiliación), pero ese temor ni se asemeja que estén amenazando de muerte o algo a tu familia, eso es peor”, comentó en rueda de prensa desde el Centro Gallo de Alto Rendimiento (Cegar).