Monterrey.— Que hay presión, sí; que les da tiempo para disfrutar lo que viven, también.
Pareciera trillado el discurso, pero es la realidad de los técnicos finalistas en la Copa MX. Diego Alonso y Pedro Caixinha se concentran en lo importante, que es para las instituciones que representan, conseguir el título en un torneo que pasados los cuartos de final, toma una gran relevancia para los proyectos involucrados.
Se trata de una final mediática, con dos clubes, cuya importancia se mide en distintas etapas en la historia del balompié mexicano, pero que en esta nueva época copera, ya han obtenido un campeonato cada uno: La Máquina en 2013 y los Rayados hace un año.
Para el técnico del Monterrey, la Copa representa la oportunidad de convencer, si se puede lograr con el torneo alterno a la Liga, a una afición que ha mostrado sus dudas respecto de su labor al frente de un equipo sacudido por las dos derrotas en finales de Liga (Pachuca y Tigres), ambas en casa, en el mismo estadio en donde hoy jugarán. “Es una responsabilidad grande, pero la disfrutamos como corresponde”, comentó Alonso, quien fuera el técnico de esos Tuzos que arrebataron la alegría a la afición rayada en la disputa por el título liguero. “Estamos ilusionados de llegar a una final en el primer torneo en este club, también hay tranquilidad y disfrutamos el momento, pero con la misión de ganar”.
En ese discurso tan europeo y didáctico que utiliza Caixinha, el estratega cementero —quien no estará en la banca por suspensión—, encuentra un momento para resaltar la “identidad y unidad que faltaba en la institución [y que buscan coronar con una victoria]. Tenemos claro que en el estadio de Rayados ya tienen todo vendido desde hace mucho, seremos 11 contra 50 mil, pero eso es algo que nos hace estar más ilusionados”.
En lo que coinciden estos entrenadores es que “un club de esta grandeza tiene que estar en estas instancias para disputar los trofeos y seguir creciendo. Queremos ser el más exitoso de México, así que hay que seguir sumando”, según Caixinha, mientras que Alonso concluye: “Son pocos los futbolistas que tienen la oportunidad de jugar muchas finales y menos los que las ganan”.
El resultado final de esta noche dará tranquilidad al ganador de cara al final del torneo liguero e inicio de la Liguilla; el que pierda, le pondrá decenas de cuestionamientos encima, maldiciones, recordatorios y críticas que tendrá que aguantar hasta su siguiente oportunidad de levantar un trofeo.
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