El manager Dave Roberts apretó los botones incorrectos—una vez más-- y tiene a Dodgers a una derrota de convertirse en el primer equipo desde los Giants de 1936 y 1937 en perder en años consecutivos la Serie Mundial en casa.
El invierno se adelantó en Los Ángeles que esta tarde luchará por descongelarse tras las pésimas decisiones de Roberts para por lo menos vivir un juego más.
Sin embargo hay que recordar que la mayoría de las organizaciones que han tenido en agonía de un déficit 1-3 han muerto con sus aspiraciones de regreso.
En las 47 ocasiones que un Clásico de otoño ha estado 3-1, 40 veces el equipo al frente ha conseguido el campeonato. Eso quiere decir que Dodgers según la historia tan solo tiene 15 por ciento de convertirse en los Rocky del beisbol.
Atención aficionados de Boston. De los 40 campeones, 26 lo lograron en el Juego 5, por lo que es un poquito más que probable (55.3%), que hoy beban mucha cerveza, pero sin alcohol porque mañana es lunes y no hay puente.
Hay justificantes médicos, pero si a lo largo de los Playoffs presumiste en la escuela u oficina tu gorra de los Red Sox es 0000.1 por ciento probable que nadie te crea.
Para Dodgers queda el 7 y no me refiero al número que usa el mexicano Julio Urías en su uniforme si no en las ocasiones que una organización se ha levantado de 1-3 en Serie Mundial, incluido los Cubs de 2016 que terminaron con la maldición de la cabra.
Los Dodgers no tienen 104 años sin ser campeones como demoraron Cubs , pero sí ha quedado lejos 1988 cuando Los Ángeles consiguieron su más reciente título.
La frase hecha de “no hay quinto malo” embona en el rompecabezas 2018 de los Red Sox pues hoy en la tarde ingresarán a Dodger Stadium por su noveno título en su quinta ocasión con ventaja de 3-1.
Por cuarto juego de cinco posibles hasta ahora, los dos abridores serán zurdos, una hito en la Serie Mundial. Clayton Kershaw por Dodgers en frente de David Price.
Zurdos que su sus equipos necesitan que salgan derechos para prolongar o para ganar el Clásico de otoño.
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