Enrique Ponce y Octavio García El Payo resultaron ganadores de la corrida de este 19 de octubre en la Santa María, luego de que ambos cortaron un par de orejas: el diestro español, dos en su segundo y el queretano, una en cada lote; aunque el evento tuvo que ser suspendido, debido a la torrencial lluvia que cayó después del quinto toro.
“El Veinti2”, de 455 kilogramos, fue el primer toro de La Venta del Refugio que salió al ruedo. El joven queretano Tarik Othón dominó los dos primeros tercios, el público se lo reconoció, pero en el último, la inexperiencia salió a relucir y erró en el rejón de muerte. El torero recurrió al descabello luego del primer aviso, y se retiró con palmas y arrastre lento del toro.
El segundo toro fue rechazado por el público, un ejemplar de Julián Hamdan de 505 kilos que llevaba por nombre “Tierra Querida”. Pero el juez tardó en cambiarlo, hasta que el mismo Enrique Ponce solicitó regresarlo, pero la autoridad no cedía ante el unísono de “¡fuera!” en la Santa María.
Molesto, el torero español se limitó a utilizar la espada, porque el aparente astado no dio de sí. El segundo lote resultó vergonzoso y pésimo ante la necedad de la autoridad por no suplir al ejemplar, por lo que Ponce terminó con dos pinchazos y finalmente, el descabello que acabó con el abucheo del tendido.
Posteriormente, El Payo entró al ruedo con “Bravo Mío” de 520 kilogramos. En la faena lució, el público le reconoció, pero falló con el acero y fue al segundo intento que resultó certero. Sorprendentemente, el juez cedió al sector de la plaza que pedía oreja, y el queretano cortó en su primer lote.
“Seguimos Adelante” de 497 kilos fue el segundo de Enrique Ponce. El matador se recuperó y le corearon varios olés en su faena. El torero recibió una ovación de pie en el segundo tercio. El estoque no fue profundo, la espada quedó ligeramente tendida, pero fue suficiente para que el toro cayera, el público lo ovacionó de pie y el juez respondió con dos apéndices para el español.
El Payo cerró la tarde con “Fino Trazo” de 495 kilos. A ritmo de El Queretano, el diestro de 30 años de edad dominó el ruedo, faena por la cual fue aplaudido. En el último tercio, la espada la dejó poco más de tres cuartos y ligeramente tendida, el toro tardó, pero finalmente cayó. Así, el juez le otorgó una oreja al matador.