El 2019 se convirtió en un año revelación para el torero sevillano, Pablo Aguado. Un año victorioso por las principales plazas de España, pero quizás la más importante: La Real Maestranza de Sevilla; pocos pueden presumir de ser profetas en su tierra, y el matador lo ha demostrado con apenas dos años de alternativa.
“He tenido la suerte, porque lo considero suerte de que las circunstancias me han acompañado, y este año pude triunfar en mi tierra, que es uno de los sitios más bonitos donde un torero puede triunfar. Ha sido una temporada cargada de responsabilidad, pero muy bonita, las cosas se han dado muy bien y en el poco tiempo que llevo me han tratado de maravilla; todo lo bueno que me han contado de México lo he podido palpar en estos días”, explicó.
El toreo fue una constante en su vida. Desde niño aprendió a mover el capote y pese a que, en su momento, su prioridad fue su estudio; ya con los años suficientes, el sevillano regresó al ruedo, pero esta vez, para quedarse.
“Lo mío es un poco especial porque empecé más tarde de lo normal, de niño jugaba al toro, lo dejé un poco de lado por el tema de los estudios y después con la edad retomé el ir a los tentaderos, regresé a la escuela taurina y me nació de nueva cuenta esa llama del toreo”, afirmó el matador.
Lo que más le gusta es torear despacio, disfrutar al toro, olvidarse de la música, de los murmullos y de lo que pasa a su alrededor, son él y el toro en una lucha a muerte. Su toreo vino a hacer complemento con los astados mexicanos, a quienes por primera vez enfrentó, Juriquilla fue el escenario de su debut, no solamente en México, también en América.
“Tiene la gran virtud de que embiste despacito y eso para el torero es lo más bonito que hay, por lo menos para mí. La pasión de la afición que vive el toreo de una forma muy pasional, eso como torero te da confianza de que cuando surja algo bueno van a estar contigo”.
Apenas con un par de días en México, Aguado ya estaba al tanto de la polémica que sigue constante en México respecto a la fiesta brava. ¿Deben o no prohibirse las corridas de toros?
“Lo más importante en la vida es el respeto y que no podemos andar prohibiendo lo que no nos gusta, porque no sería posible la convivencia, hay que ser tolerantes y que si una actividad que le gusta a tanta gente, está viva es porque hay algo más que un acto sangriento”.
Con dos fechas más en México, una de ellas este sábado en Aguascalientes y posiblemente en la Plaza México, el torero andaluz está conquistando América, como lo hicieron sus antepasados hace poco más de 500 años.