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“El coleccionismo es una especie de arqueología moderna. Uno siente la emoción de saber que descubriste algo nuevo, algo que nadie sabe”, afirma Luis Villagómez Sánchez, uno de los coleccionistas especializados en arte original de películas y juguetes de Star Wars, más importantes de Querétaro.
Entrevistado por EL UNIVERSAL Querétaro, Luis afirma que más que un coleccionista se considera un historiador de las películas de George Lucas.
Entre sus tesoros se encuentran objetos como un pie del C3PO que fue usado en la película. Destaca que su colección completa sólo es conocida por los miembros más cercanos a su familia.
¿Un coleccionista nace o se hace?
Es ambos, es algo que traes en la sangre, pero también la educación en la que te vas formando por los menos los primeros siete años de vida determinan quién vas a ser. Mucho tiene que ver las experiencias que tienes de niño para saber qué es lo que vas a hacer en la vida. Está muy ligado con los hobbies, sí lo traigo en la sangre pero también se va formando.
¿Te consideras un coleccionista especializado?
Más que coleccionista me considero un historiador, no de algo social, sino de algo más personal; me gusta mucho estudiar la historia de mi infancia, es en lo que me he especializado, específicamente en los juguetes que me tocaron de niño. Soy un coleccionista especializado porque sólo colecciono cierto tipo de artículos. Eso me lo ha dado la experiencia. He ido evolucionando, no solamente es coleccionar sino educar a la gente, estoy especializado en Amos del Universo y Star Wars.
¿Cómo iniciaste tu colección, cuál fue tu primera pieza?
Empecé alrededor de 1994 y fue porque comenzaron a llegar los productos de Star Wars a México y recordé lo que representaba para mí la película. Primero comencé con tarjetas, mi pareja de ese entonces mi pareja me regaló un modelo a escala, me gustó mucho porque es como mi estilo de vida, vivo a través de la nostalgia. En 1994 me encontré una revista española que hablaba de toda la parafernalia alrededor de Star Wars y yo no sabía que existían tantas cosas. Esa revista me ayudó a iniciar mi colección de La Guerra de las Galaxias.
¿Por qué esta nostalgia hacia tus juguetes de niño?
Más que la nostalgia es el momento de cómo se vive la infancia. Creo que los primeros años de vida son muy importantes en los seres humanos; además puede ser de los momentos más importantes de la vida de las personas, porque somos más neutrales, no estamos contaminados de tanta información que adquirimos después. Para mí la infancia es un tema súper especial y es lo que hace la conexión con todo lo que hago ahora.
¿Qué representó para ti la película de Star Wars?
Tanto fue el fenómeno a nivel mundial que estuve justo ahí cuando sucedió. Me tocó verla pasar por toda la evolución del cine, mercadotecnia; sin embargo, fue mucho lo que vivió en los ochenta, la manera en que se veía la vida. Había mucha apertura para dejarte sorprender que se desconocía antes y se fue ampliando, como los efectos visuales, estilos de vida, 1980 fue un parteaguas para ver cosas distintas a través del cine y de la televisión. Pero más allá de que me llamara la atención la historia o los efectos visuales, fue el arte que tenía la película, me atrevería a decir que cuando vi el detrás de cámaras, en diciembre de 1983, me enamoré de todo lo que había detrás de una película, me gustó mucho. Me di cuenta que había adultos haciendo juguetes, divirtiéndose, creando arte. al final decidí dedicarme a esto porque siempre me gustó el arte. Todo el trabajo de las personas que se juntaron y que hicieron una historia real.
¿Consideras que un coleccionista debe volverse experto?
No, no hay reglas, el coleccionismo lo hacemos por un motivo. Hablando de juguetes antiguos creo que la mayoría lo hacemos por nostalgia. Hay gente que colecciona desde envolturas de golosinas, hasta lo que yo hago, coleccionar piezas que fueron utilizadas en las películas, arte original que se utilizó para promocionar la cinta; además de autógrafos de los actores. En realidad mi especialidad tiene que ver con todo el proceso que tuvo que suceder para elaborar un juguete. Además del diseño original, una escultura nueva, se realizaron pruebas, hubo infinidad de cosas. En lo que realmente me he especializado es en descubrir cómo se elaboró el juguete, después lo compro y agrego a mi colección.
Seguramente tienes algunas piezas que valen más que otras, pero ¿cuál es la que más quieres?
Es muy distinto decir cuál es la que vale más económicamente, cuál que tiene mayor valor sentimental y cuál es la de mayor precio histórico. Es muy difícil elegir una, porque por algo están ahí todas las piezas. Al objeto que más he estado apegado y me gusta mucho es un pie del personaje C3PO que fue usado durante el rodaje de la película “El Imperio contraataca” que se utilizó frente a cámara. Así que cuando alguien ve esa película, también observa el pie que tengo en mi colección.
¿Has tenido que vender piezas para comprar otros artículos de mayor interés?
Sí, es parte de tu evolución como coleccionista. Cuando vas avanzando y te vas dando cuenta de que existen otras cosas que pueden tener mayor interés, vas depurando un poco. Hay cosas que tal vez ya no te llaman tanto la atención y puedes tener una buena oportunidad para venderlas y obtener otras cosas. En el coleccionismo hay de todo. Hay gente que te intercambia piezas, hay quienes las venden, hay gente que las regala, es parte de quienes se dedican a esta actividad.
De las personas que conocen de tu colección, ¿hay alguien que te haya regalado una pieza que no sabe el valor de lo que te obsequió?
Sí hay mucha gente, pero hay algo que está en mi cabeza muy presente. Aunque no fue de Star Wars propiamente. Fue de una persona que se llama Lorne Peterson, él trabajó en la empresa Industrial Light and Magic, quien se encargó de hacer los efectos especiales para la película. Después ganó el Óscar por los efectos visuales de Indiana Jones, es una persona muy importante en la cuestión de cinematografía. A él lo conocimos en un viaje que hicimos a Guatemala donde se grabaron unas escenas de la película. Íbamos con unos amigos que eran muy cercanos a él y ahí nos hicimos muy amigos. Después fui a visitarlo a San Francisco y me regaló una cabeza de aproximadamente 12 centímetros de E.T., una pieza de las que se crearon para hacer la escena de los niños que van conduciendo las bicicletas y atraviesan la luna. No fue usada en la película, pero fue hecha para sustituir a la original en caso de que ocurriera un accidente, aunque no sea de mi favorita Star Wars tiene para mí mucho valor sentimental.
¿Existe una comunidad de coleccionistas en Querétaro?
Creo que todas las colecciones son importantes cuando lo haces de corazón, hay muchos coleccionistas en Querétaro, algunos muy metidos en un tema, otros en uno distinto, pero tienen un fin específico: juntar artículos que te hacen sentir algo. Ha pasado que cuando la gente los conoce piensan que finalmente ‘no deja de ser plástico, pintura, cartón… ¿Cómo puedes pagar tanto por algo así?’. Pero las personas que tienen esa idea quiero ver que diga lo mismo cuando viajen a París a ver a la “Mona Lisa”, cuando vaya a Roma a ver la Capilla Sixtina, al fin de cuentas no dejan de ser pintura y piedra. El valor que uno le da a las cosas es lo que nos hace diferentes a los demás.
¿Cómo adquieres tus piezas, quién te asesora para adquirirlas?
La verdad es que la mayoría de las piezas las adquirimos es a través de ex empleados de las fábricas donde se hicieron los juguetes en los años ochenta y noventa. El proceso de producción del juguete tiene diferentes facetas, la gente se especializa en cosas que a lo mejor uno desconoce. Reconozco que sí me he tenido que acercar en algunas ocasiones a amigos para poder hacer preguntas muy específicas sobre temas que desconozco.
¿Cómo compruebas la autenticidad de una pieza?
En todo el ámbito coleccionista siempre va a haber gente que quiera tomar ventaja de ello. Cuando hay dinero de por medio siempre va a haber alguien que no va a tener buenas intenciones. Ha pasado en el medio de coleccionismo en el que estoy, una de las maneras más seguras para saber que una pieza es auténtica es ver la procedencia: ver de quién viene, qué sabe de ésta. Sin embargo, también hay un mercado secundario que es a través de coleccionistas que ya lo compraron, por medio de los dueños originales que lo van a vender al mercado y es donde se disparan los precios. Lo mejor es tener certificados de autenticidad o llevarlos con un experto. Hay gente que se especializa en revisar estos objetos y decir si es auténtica o no. Cerca de 90% de las piezas que tengo, actualmente, provienen de gente que trabajó para la película o para las compañías que hacían los juguetes.
¿Te han querido vender una pieza que no es auténtica? ¿Cómo te diste cuenta y cuál fue tu reacción?
Me ha pasado varias veces, en una ocasión un amigo de Singapur tenía unas pruebas de impresión de los empaques y en las fotos se veía auténtico y cuando lo recibí me di cuenta de que no lo eran. Ya con los años te vas dando cuenta de que es auténtico o no. Mi amigo pensaba que sí era auténtico, él no sabía. Cuando pasa esto, aprendes, es un aprendizaje caro, pero aprendes.
¿Son las piezas las que le dan valor a la colección o es la colección la que hace valiosa a las piezas?
Es la historia que hay detrás de ellas. Es como meterte a un museo y ver unas botas. Si no sabes de quién son las botas, pues sólo ves un objeto. Pero si sabes que esas botas eran de Hitler… La cuestión cambia, la información que hay detrás de las piezas es lo que le da valor económico.
¿El coleccionismo es arte?
Sí, de hecho es la principal razón de por qué lo hago. Soy un gran admirador del arte y lo veo muy artístico lo que sucedió y todas las ideas que se juntaban para crear un producto.
¿Dónde acaba un coleccionista y comienza una obsesión?
Yo le llamaría obsesión cuando el coleccionista se pasa todos los días estás pensando en sus piezas, que te gastas el dinero de la comida por ir y comprar un artículo. Eso ya no es inteligente. Tal vez al inicio en algún momento me pudo haber pasado a mí pero con el tiempo van aprendiendo.
¿Te has obsesionado con alguna pieza al grado de que digas que necesitas tenerla?
Sí, pero más que obsesionarme ha sido la emoción de cuando descubres algo nuevo. Es como una arqueología moderna. Te das cuenta de que acabas de descubrir algo que la gente no conoce o una pieza que la gente no sabía que existía, pues es una emoción súper fuerte. Esto es difícil quitártelo de la cabeza por lo menos las primeras 12 horas. Pero yo creo que va de la mano la adrenalina, la cacería, esta sensación de poder descubrir cosas.
¿Qué te dice tu familia sobre tu afición al coleccionismo?
Mi familia sabe lo que colecciono pero la gran mayoría no conoce todos los artículos que la incluyen, no la han visto personalmente. En realidad son pocos los que la han visto. Pero específicamente mi esposa me apoya mucho, tenemos un libro de firmas de visitas que han ido a ver mi colección y lo que ella me escribió fue más como una admiración que ella extendía como una evolución de la persona. Porque tener un sueño y lograrlo es más valor como persona y no como un artículo. En resumen, She’s the one.