Tranquilo, en casa y esperando su liquidación, es como se encuentra José Guadalupe Flores. En 1998 el músico tomó el cargo de director titular de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) y la semana pasada el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, dio a conocer que ya no estaba al frente de la agrupación. Pero Flores ni ha renunciado ni lo han despedido. “Legalmente yo sigo siendo el director”, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro.
A partir del 2017 Secretaría de Cultura de Querétaro otorgaría a la OFEQ el apoyo económico que recibe de gobierno; y por cuestiones administrativas hubo un retraso en el pago de honorarios a los músicos. La gota que derramó el vaso, fue ese retraso. Aunque Flores también comentó que gente de la Secretaría Cultura: “sublevaron a la orquesta”.
Ayer los integrantes de la OFEQ compartieron un oficio a los medios, donde revelaron problemas financieros, adeudo con el SAT y malos tratos por parte del director.
¿Los músicos hablan de malos tratos que vivieron con usted?
—Los malos tratos eran de una energía y una postura mía que siempre ha sido igual, para poder lograr que los músicos toquen bien, los malos tratos están en corregir, no ofendí a nadie, no golpee a nadie. Eso no era maltrato, si no estaba trabajando yo con niños.
¿No hubo ninguna confrontación personal?
—Para nada, nunca. Se hartaron y tienen razón, después de 19 años cualquiera se cansa. Algún día, se darán cuenta que esos malos tratos los hizo que tocaran muy bien, logramos tener una avance artístico muy importante, no nada más en Querétaro sino en el país. Son libres de decir todo lo que quieran, la única cosa que si no me hace feliz es que me ofenda y digan cosas que no son.
¿En qué lo han ofendido?
—En las cosas que dicen, pero todos tiene derecho a opinar y decir lo que quieran. No me preocupa.
¿Ellos pidieron su destitución?
—Ellos dijeron que ya no querían que yo los dirigiera.
¿Y ellos tenían la facultad necesaria para destituirlo?
—Ellos no podrían tener la facultad, unos jóvenes de la Secretaría, llegaron un día y les dijeron: Ustedes tienen el poder, ustedes hagan lo que quieran. Entonces se levantó un señor y dijo: Aquí tenemos una carta firmada para que el maestro Flores no nos vuelva a dirigir. Y yo me salí, porque así no es el asunto.
¿Entonces hubo una intervención por parte de la Secretaría de Cultura?
—Unos jóvenes que trabajan en la Secretaría vinieron a hacer unos anuncios, porque la gente estaba inconforme desde hace tiempo, porque desde la segunda quincena de febrero no se les pagaba, y hay mucha gente que sólo vive de ese salario. Yo dije a Secretaría de Educación, al licenciado Botello: Sabe qué, esto se está poniendo muy feo, yo no voy a permitir que un día de estos llegue a ensayar o haga un concierto y ellos bajen los instrumentos, así no, entonces me fui a la oficina, ahí he estado estos días esperando mi liquidación, porque por ley tengo derecho a una liquidación, espero que por lo menos eso lo cumplan las autoridades o quien tenga que hacerlo.
Para aclarar, ¿quien intervino fue Secretaría de Educación o Secretaría de Cultura?
—Yo nunca tuve nada que ver con la Secretaría de Cultura, tuvimos un par de citas para ver cuestiones económicas de la Orquesta y algunos cambios, pero yo siempre me dirigí a la Secretaría de Educación, porque en principio la Orquesta pertenecía a Secretaría de Educación. A principios de año decidieron que estuviéramos con Secretaría de Cultura, y bueno, está bien, aunque yo no comulgo con algunas ideas de ahí.
Paulina Aguado, directora de Secretaría de Cultura, dijo que ella no podía tomar decisiones ni opinar de la OFEQ, porque ésta era una asociación civil.
Lo malo fue que esos jovencitos, que trabajan con ella, vinieron a decir un montón de cosas y sublevaron a la Orquesta y se armó todo este desorden, porque en efecto no pertenecemos a la Secretaría de Cultura, entonces: ¿Por qué no soltaban el dinero para pagarles a los músicos?
¿El retraso de los pagos fue la gota que derramó el vaso?
—Es lo que yo me imagino porque ya habían pasado dos quincenas que no se les pagaba.
Cuando el gobernador anuncia que ya no era director de la Orquesta, ¿usted ya había decidido no estar al frente de la OFEQ?
—De hecho no he renunciado, yo estoy esperando que me digan qué pasa con mi liquidación, porque tampoco me voy a ir así, después de trabajar 19 años no me puedo ir a mi casa con una mano adelante y otra atrás. Legalmente yo sigo siendo el director, no hay una renuncia ni hay un despido, cuando ellos decidan que se va a hacer conmigo entonces ya tomaré la decisión de presentar una renuncia.
¿Respecto a este problema con el SAT, desde cuándo viene?
—Ese es un problema administrativo que lo tiene el gerente de la Orquesta, yo no sé si es de cuatro o cinco años, que se empezó a utilizar el dinero del SAT en pagar otras cosas de la Orquesta, eso pregúntele a Samuel Chávez, él es el gerente. Yo cumplí con mi contrato que decía programar los conciertos de las temporadas, invitar a directores artistas y buscar donde hacer proselitismo cultural con los niños, en las escuelas, con eso yo cumplí perfectamente.
¿Usted no manejaba dinero?
—Nunca manejé ninguna cantidad de dinero ni nunca firmé nada.
¿Qué le dejó a la Orquesta?
—Un buen nivel como Orquesta, tanto que es reconocida, no nada más en Querétaro, sino en todo el país y en algunas partes del mundo.
¿Qué le faltó por hacer?
—Tantas cosas, nunca se acaba esto de la música. Pero no tiene caso platicar de esas cosas. Ya se acabó.