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A casi un mes de que inicie formalmente la organización del proceso electoral 2018, cuando se renovará la Presidencia de la República y la representación del Congreso mexicano en sus dos cámaras, el diputado federal priísta por Querétaro, Braulio Guerra Urbiola, levantó la mano y dijo que está listo para ser senador. de la República.
Entrevistado por EL UNIVERSAL Querétaro, señaló que tras haber sido regidor y diputado local y federal, ha consolidado su carrera legislativa, por lo que se encuentra ya preparado para ser senador, además dijo que desde 2015 está formado en la lista de quienes aspiran a ser gobernador de Querétaro.
En Querétaro, donde también habrá un proceso local para renovar los 18 ayuntamientos y las 25 diputaciones, el lesgislador pidió a los diversos actores y políticos que firmen un acuerdo de civilidad, para que se pueda llevar a una contienda electoral de altura y de respeto.
Por otro lado, tras la imagen que dio la vuelta al mundo y que algunos consideraron como una acción burda y circense, Braulio Guerra subrayó que sí volvería a subir al muro que está en la frontera con Estados Unidos, pues agregó que este hecho le abrió muchas puertas de interlocución con diversos actores nacionales e internacionales para tratar el tema migratorio.
¿Cómo ves al PRI en Querétaro, donde es oposición, para enfrentar el próximo proceso electoral?
—No hay fecha que no se cumpla, en el mes de septiembre [día 8] es el arranque del proceso electoral, no se da aún la designación de candidatos, aunque esto podría ser de acuerdo al calendario electoral, en noviembre o diciembre cuando ya estén los candidatos presidenciales. En lo local las precampañas se darán ya en 2018, aunque primero viene el paquete federal, que incluye candidatos a la Presidencia, diputados federales y senadores y después vendrá lo de presidentes municipales, regidores y diputados locales.
Es importante que el proceso electoral lo desarrollemos en un marco de respeto, apertura y libre expresión, también de respeto a las instituciones, pero también de espacios abiertos y plurales.
Por eso es importante que todos podamos signar un pacto de civilidad política aquí en Querétaro, creo que pronto deberá llamar el Instituto Electoral para que todos le entremos al pacto de civilidad política.
¿Cómo ayudaría el hecho de que se firmara este pacto?
—Me parece que el Instituto Electoral y diversos actores sociales y las cámaras empresariales deben ser parte de quienes hagan un llamado para que los partidos y los actores, que tendrán que ver con la participación electoral, lo hagamos en un clima democrático, de civilidad y de respeto, para que se haga una crítica constructiva, para que no entremos en una lógica de escobazos y cubetazos que denigre el debate político, creo que debemos dar la batalla con altura, idea y propuesta, pero sin revanchas ni venganzas, pues creo que los ciudadanos en Querétaro requieren de una clase política que tenga comunicación y puentes para conversar, dialogar y construir.
Todos los actores, yo creo que tenemos coincidencia por el hecho de vivir aquí y en ese sentido todos queremos avanzar. Entonces el respeto a la democracia es el respeto a la crítica, propuesta y a las ideas.
La utilización de las redes sociales es da cada vez mayor, son espacios convertidos en la nueva plaza pública de manifestación y es el espacio donde se propone, pero también se agrede, insulta y denigra detrás del anonimato.
¿Un pacto ayudaría a incrementar el número de votantes el día de la jornada electoral?
—En la medida que los ciudadanos ven una clase política civilizada incentivan la participación, de otra forma la gente no sale debido a que tiene miedo, decepción, coraje, irritación, enojo por ver una elección violenta y con amenazas y eso inhibe que la gente participe en los mítines y que acuda a la urna.
¿A nivel local, donde es oposición, cómo llega el PRI al proceso electoral?
—Me parece que llega con experiencia, entendimiento de su historia, debido a que el PRI ha sabido adaptarse a diversos momentos por la vida democrática de Querétaro, pues perdimos el gobierno en el 97, estuvimos 12 años en la oposición y en 2009 nos llevó a recuperar el gobierno, por eso creemos que la clave es la unidad del partido pero no la unanimidad, por eso buscaremos que nuestros candidatos sean los más prestigiados, que le generen confianza a la gente y que tenga propuestas responsables.
Además hoy el partido debe de mandar un mensaje muy claro de la lucha contra la corrupción, pues nos empañan los casos de Borge, nos avergüenza el caso de Javier Duarte.
Por eso en Querétaro deberemos postular personas que no nos avergüencen, estamos listos y preparados, debemos privilegiar la unidad y los acuerdos.
¿Braulio Guerra tiene la aspiración de ser senador de la República en 2018?
—Fíjate que yo ya desayuné, ya comí y ya me toca cenar. Desde los 15 años que fue mi primera campaña, en 1988, mi papá venía ser rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, pues yo hice campaña con él para la presidencia municipal de Querétaro y después participe en las campañas de 91, 94, 97 y así sucesivamente cada tres años, estoy en el PRI desde que tengo 15 años.
En dos décadas te digo que me he preparado para no ser un político improvisado, me preparé haciendo maestría y doctorado, lo que me permite tener herramientas para dar el debate con argumentos. Yo soy un enamorado del derecho parlamentario, lo estudio, me gusta, para mí todo el parlamento merece una reingeniería y una modernización de fondo, son espacios en donde mi partido me ha dado la oportunidad de participar como regidor, además dirigí la Cámara de Diputados aquí [en Querétaro] y coordinar a mi grupo (PRI) y ahora estoy en esa universidad que se le llama al Congreso de la Unión, es un proceso de formación impresionante.
Para mí la carrera parlamentaria se ha convertido en un espacio natural y de crecimiento. Yo me fui al Congreso no para entregar varilla y bultos de cemento, sino para arrastrar el lápiz y trabajar por Querétaro y por México.
En 2018 a mí me gustaría seguir para adelante con mi carrera parlamentaria.
En conclusión, ¿si te gustaría ser senador?
—En estas cosas hay que querer, pero también hay que saber y poder y yo creo que en este momento las tres cosas se conjugan.
¿La principal virtud política de Braulio?
—Soy disciplinado y persistente, me gusta trazar metas, ir por ellas, cumplirlas, agotar la agenda y lograr objetivos. Si no hay fecha no hay boda, entonces cuando le pones fecha a un compromiso hay que irlo a cumplirlo y así es y ha sido mi vida política en Querétaro y en el PRI.
Te vimos como aspirante a gobernador en 2015 y al final acabaste apoyando a Roberto Loyola, a quien finalmente tu partido designó. ¿Tú sigues aspirando a ser candidato a gobernador para 2021?
—En 2015 aspiré y lo hice público, lo expresé en muchas ocasiones, lo puse en la mesa de mi partido. En aquel entonces el presidente de mi partido, César Camacho, nos llamó a tres personas, que cumplíamos con el perfil y los datos estadísticos para encabezar el PRI en la candidatura al gobierno del estado y al final el acuerdo y el consenso fue apoyar a Roberto [Loyola].
En ese momento no me favoreció la decisión para abanderar la candidatura, pero digamos que ya estoy en la fila.
¿Te volverías a subir al muro fronterizo?
—Sí, sin duda. Te comento que me acaban de invitar a la Cumbre Fronteriza para el 17 de agosto, en Ciudad Juárez. Pues por esa acción se nos generó un liderazgo de opinión en torno a ese tema y otros asuntos fronterizos, tanto en Estados Unidos como en México. Participaremos en un panel de debate con congresistas estadounidenses y mexicanos.
Yo cuando fui a Tijuana no iba con la intención de subirme al muro, esa no era mi agenda, aunque muchos sí especulan con ello. En aquella ocasión pedí cumplir una agenda en la frontera, aprovechando que yo doy clases de derecho internacional y sé que la ley de migración tiene muchos defectos y áreas de oportunidad.
Pedí ir a Tijuana y ya ahí al delegado de inmigración que acompañáramos a connacionales cuando los agarran y hasta que se los entregan a México; además de observar todo el proceso acompañé a cuatro paisanos, y vi todo el drama que experimentan, y no te dejan fotografiar, ni filmar.
De salida pedí que me llevaran a la parte más significativa y alta del muro, entonces fuimos y por la inquietud de grabar un video, me subí al muro, son 10 metros. Desde arriba se ve mucha pobreza en Tijuana y, por otro lado, un San Diego espectacular, lo cual da mucho coraje.
Ya estando arriba decidí grabar para explicar una iniciativa que sobre el tema presenté, pero también para enviarle un mensaje a Donald Trump para decirle lo absurdo que es su proyecto del muro, de que una persona de 44 años como yo me subí en 40 segundos.
Sin planearlo, te digo que me entrevistaron en 17 países, el tema circuló más afuera que adentro de México, pero la imagen le dio la vuelta al mundo y me abrió muchas puertas en Estados Unidos.
A pesar de que esta acción para muchos parecía burda y circense, me abrió una agenda impresionante de contactos, relaciones con el Partido Demócrata en Estados Unidos como con autoridades mexicanas. Sí me volvería a subir al muro.