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Enrique Burgos García, el primer gobernador priísta en la historia de Querétaro en entregar el poder al Partido Acción Nacional (PAN) en octubre de 1997, exigió a todos los actores políticos de oposición no obstruir el trabajo de la administración estatal, que encabeza el panista Francisco Domínguez Servién.
No hay que ser “ruines, pichicatos y mezquinos” con el gobierno del estado, que “por voluntad popular encabeza Acción Nacional”, enfatizó el ex mandatario, quien actualmente es senador por Querétaro.
Tras haber sido presidente municipal de San Juan del Río, gobernador de Querétaro (1991-1997), director nacional del DIF (al final de la administración de Ernesto Zedillo), diputado federal y senador en un par de ocasiones, Burgos García dijo que ve cerca el final de su carrera política, aunque no se descarta para ocupar un nuevo cargo de elección popular.
El priísta aseguró que no mezcla la actividad política con sus afectos familiares, en referencia a su hermano Hugo Burgos García, quien ocupa la titularidad de la Secretaría de Turismo del estado de Querétaro.
También afirmó que el Partido Revolucionario Institucional pasa por un momento difícil, de cara a lo que será su participación en las elecciones presidenciales de 2018.
Sostuvo que, para revertir su imagen negativa, el PRI debe ser cero tolerante con los militantes que se desvíen por el camino de la corrupción e impunidad, como fue el caso de los ex gobernadores Javier Duarte, de Veracruz, y Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo.
¿Dejó el gobierno estatal de Querétaro en el año de 1997 y, a pesar de que ya paso mucho tiempo, se le sigue recordando?
Antes de entrar al gobierno, sabía que era únicamente una herramienta transitoria, que en el mejor de los casos dura tan solo seis años y hay otros que ni eso. Siendo una herramienta, hay que optimizarla, se pudieron hacer algunas cosas y otras no, por falta de recursos o quizá falta de imaginación, pero siempre se actuó de buena fe.
Siendo gobernante no hubo por mis manos ni daño a personas, ni mucho menos sangre, ni tampoco hubo hurto, tampoco hubo rapiña.
¿En su momento, fue un golpe anímico entregarle el gobierno a un partido político diferente al suyo?
No. Lo ideal hubiese sido entregar el gobierno a un candidato de mi partido y siempre me mantuve y me mantengo leal a mi partido; pero cuando se definió quién era el triunfador de las elecciones, no era una decisión mía, era una decisión popular, y si el pueblo dice “ahora quiero por acá”, pues el pueblo quiere por allá. No iba a ser el gobernador que alterará la voluntad popular, que era la superior.
Yo dije, seré leal a mi partido, a sus candidatos siempre, y lo seguiré siendo. Lo único que no puedo hacer es estar por encima de la voluntad popular. Por eso entregué el gobierno sin remordimiento de conciencia.
¿Cómo ha sido su relación con quienes ocuparon posteriormente el gobierno estatal?
Antes de su servidor, ocuparon el gobierno Antonio Calzada, con quien tengo una relación respetuosa, una buena relación; Mariano Palacios Alcocer, que me entregó la gubernatura, fue un político muy destacado en el ámbito estatal y nacional, embajador en varios lugares y con quien mantengo una muy buena relación.
Otros gobernadores ya fallecieron, entre ellos Manuel González Cosío, Rafael Camacho Guzmán, Juventino Castro, con quienes yo colaboré en mis primeras incursiones en el servicio público, como agente del Ministerio Público y, luego ,en la presidencia municipal de San Juan del Río, en tiempo de don Juventino Castro.
De los gobernadores posteriores a mi sexenio, mantengo una relación amistosa con Ignacio Loyola, él era presidente de Coparmex en Querétaro cuando yo era gobernador. Hay una relación de respeto y cordialidad con él, la llevo muy bien con él.
Después ocupó el gobierno el señor Francisco Garrido, quizá con él llevo una relación no tan cercana, pero buena, hay una relación respetuosa. Con José Calzada, hubo una relación también respetuosa.
¿A pesar de que son del mismo partido no tuvo una relación muy cercana con José Calzada?
Muy cercana no, pero bueno, somos compañeros de partido; somos generaciones distintas, pero llevamos una relación buena.
Con el actual gobernador (Francisco) Domínguez, en primer lugar le digo que soy un convencido de las instituciones. El gobernador Francisco Domínguez es el responsable del estado y hay una relación de respeto y de cordialidad.
Me parecería de mi parte, hablo por mí, me parecería mezquino que por una pretendida misión partidista se obstruyera una sana colaboración o un sano entendimiento desde mi espacio, que es el Senado, con él.
Me parecería mezquino que se obstruyera el trabajo del gobierno del estado y, en concreto, del gobernador. Está encabezando al gobierno de Querétaro, si no somos mezquinos debemos pensar que debemos buscar el bien de Querétaro.
Si en está ocasión le toco a Acción Nacional encabezar el gobierno se debe a que lo decidió el elector, por lo tanto, debemos aceptarlo y decir: No seamos ruines ni seamos pichicatos en reconocer cuando hay un esfuerzo. Si nuestra colaboración es útil, hay que aportar.
¿Pero, ya vendrán los tiempos electorales, no?
Claro, ya vendrán los tiempos electorales y, entonces, cada quien en su trinchera y cada quien hará la tarea que le corresponde.
El valor fundamental es reconocer las instituciones y a las cabezas de las instituciones. Entonces, el gobierno del estado, el [Poder] Ejecutivo estatal, es una institución y su responsable único es el gobernador del estado, hay que darle el lugar y el respeto que se merece.
¿Este tipo de expresiones no le generan confrontaciones dentro de su partido?
No, debido a que yo lo digo con toda convicción. Cuando mi partido me llame a defender la ideología de mi partido y también se me convoque a hablar de los programas sociales de mi partido o debatir las tesis sociales del PRI lo haré con mucho gusto. Siempre defenderé los postulados de mi partido, al que nunca renunciaré.
Pero por una actitud sobrada y mezquina nunca obstruiré el funcionamiento de una institución del gobierno del estado.
Ese apoyo lo obtuve cuando fui gobernador. El PAN, cuando yo fui gobernador, no fue mezquino conmigo, hizo su trabajo, respeto mi posición partidista y mi posición de gobierno, como yo respete la de ellos.
¿Qué debe hacer su partido, el PRI, para recuperar las posiciones de gobierno perdidas en Querétaro?
Yo creo que varias cosas, entre ellas, identificar cuál es la realidad social y las necesidades más marcadas del pueblo queretano; en dónde están los puntos medulares más sensibles, y cómo construir las propuestas de posibles soluciones. La otra, entender que un partido político se integra también por vertientes distintas, no todos son exactamente iguales. En el seno de un partido político, en este caso el PRI, pues hay tendencias y simpatías también por uno y por otro, pero el interés superior es buscar la unidad del partido, que quepamos unos y otros.
El todo es Querétaro, no porque unos sean perredista, cardenista o panista yo te voy a cuestionar, ese no es el camino, defiende tus tesis y debate, pero no le pegues a las instituciones, no seas mezquino.
¿Ve cuadros dentro de su partido para recuperar los espacios perdidos en Querétaro ?
Los habrá, yo creo que siempre se van encontrando, no los menciono porque no quisiera que sintieran que con esto los estoy poniendo en el aparador.
Pero sí hay gente calificada, hay gente joven y talentosa. El partido puede encontrar personas que pueden competir dignamente.
¿Observa alguna división en el PRI del estado?
El tema de las divisiones o simpatías o las tendencias es un tema que siempre acompañan. El tema es cómo superarlas, pero hay que tener la conciencia de que la fortaleza del partido depende de la fortaleza de su unidad.
¿Quienes dirigen el PRI queretano consultan a Enrique Burgos?
De vez en cuando me invitan o me visitan; pero no, consultoría tampoco. Ni tampoco me siento consultor de ellos.
¿Ve cerca el cierre de su vida política activa?
Sí, yo creo que con la conclusión en el Senado, en 2018, yo creo que debería cerrar un ciclo. No le digo que ya no me va gustar la política, esa siempre me gustará.
Pero, a lo mejor su partido le da una candidatura, ¿la rechazaría?
Mire, yo no toco la puerta, yo siempre estoy en la idea de que los ciclos terminan. No me anticipó a ninguna definición, pero más vale prepararse (para el retiro).
¿A qué se dedicará cuando se retiré de la vida política?
A la academia, viviendo en Querétaro. También le podré ayudar a mi partido en algunas actividades que no sean electorales, en algunas cosas que sean sencillas y modestas.
Usted es priísta, pero tiene un hermano que es secretario de Turismo de Querétaro en un gobierno panista, ¿cómo es la relación con Hugo Burgos García?
En eso he sido muy cuidado y él también. Entre los hombres es mi hermano menor, de un total de ocho hermanos. A él lo quiero mucho y creo que él a mí también, pero nunca mezclamos el ámbito familiar con el ámbito político. Así como yo milito en el PRI o él tiene simpatía o quizá milite en el PAN también, el derecho de él a realizar eso es el mismo derecho que tengo yo de estar en el PRI.
¿Cómo ve al PRI? Las encuestas dicen que no va ganar las elecciones presidenciales de 2018
Hay que tomar en cuenta las encuestas. El PRI tiene que se ser realista y advertir que son tiempos difíciles. No hay que decir que no pasa nada, sí hay un tema serio, nuestro partido pasa por un momento difícil. Para poder tener una participación realista tenemos poco tiempo. Lo que tenemos que hacer como partido es involucrarnos mucho con la gente, particularmente con la gente que más requiere.
La gente hoy en día requiere empleo, un salario más remunerado; seguridad de sus bienes y personas; asistencia social, para que no vayan al Seguro Social y tengan que hacer una espera de dos semanas para que lo puedan operar; requieren que haya un médico que pueda ir a su domicilio a las 2 de la mañana, debido a que tengo un hijo enfermo, que haya medicinas; también se requiere que haya menos rechazo de aspirantes a la universidad. Esos temas son los de fondo, son los temas del día a día de la gente y hay que darle respuesta.
Que mi partido se vaya comprometiendo con la gente y que combata frontalmente la impunidad. Al que se salga del carril, aunque sea de nuestro partido, hay que leerle la cartilla y hay que responsabilizarlo materialmente de lo que haya hecho.
¿Aplicarle la ley?
Sí, se debe aplicar la ley y actuar con cero impunidad.
¿Es el caso de ex gobernadores que le han hecho mucho daño al PRI?
Sí, por supuesto, yo me he referido y lo puedo decir de nueva cuenta, que casos como el de Veracruz, el de Borge en Quintana Roo, por supuesto que dañan la imagen del partido. El partido les dio la oportunidad de servir y se sirvieron. Entonces, ya está acreditado que actuaron fuera de la ley y no solamente fuera sino también contra la ley.
Lo que se espera es que haya sanción y castigo, que no pase que ellos (los ex gobernadores) digan: Me van a cuestionar los medios y me van a criticar, pero ya tengo asegurada mi vida presente y futura.
La corrupción y la impunidad son gemelos. Hay corrupción debido a que hay impunidad, eres una persona corrupta y no te pasa nada. Hay que actuar contra ellos, hay que dejar en claro que si eres corrupto te va pasar y, además, te vamos ajustar cuentas. Entonces, corrupción e impunidad pueden ser hermanos gemelos si no se atacan ambos.
¿Es un error dar por muerto al PRI a pesar de que las encuestas dicen que no va ganar?
Claro, sería un error pensar que el PRI no tiene ninguna oportunidad. Yo creo que habrá oportunidad, habrá que ver qué personas van a participar en todos los partidos, qué tesis presentarán, cómo las va recibir la sociedad, cuál es el nivel con el que conectan con la sociedad, qué tipo de credibilidad van a tener con la sociedad y eso será lo que determine el resultado.
No se debe descalificar por anticipado , bien decía Luis Donaldo Colosio: Ni los triunfos son para siempre ni las derrotas son eternas. Esto puede cambiar, de tal manera que lo mejor que puede hacer mi partido es hacer un pase de lista de aciertos, pero sobre todo de desaciertos y cuáles pueden ser las medidas correctivas.
