Hay consenso con todas las fuerzas políticas para que antes de que termine el año se aprueben cambios a la ley para incrementar las penas a delitos sexuales que se cometen en contra de menores de edad.
Lo anterior lo señaló el diputado Agustín Dorantes Lámbarri, quien impulsa una iniciativa que propone castigar con mayor severidad estos delitos, entre ellos que la violación a menores, con penas que van de 16 a 40 años de prisión; actualmente se impone cárcel que va de 12 a 30 años.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro dijo que se busca que la prescripción de delitos de violación, abuso sexual, estupro, acoso y hostigamiento sexual cometidos a un menor comience a correr a partir de que la víctima cumpla la mayoría de edad.
¿Qué están haciendo en materia de legislación para combatir el abuso sexual infantil?
—La violencia sexual afecta a una de cada cinco niñas y a uno de cada 10 niños, según la Organización Mundial de la Salud. Mientras que la ONU ha declarado que la violencia sexual infantil es el crimen encubierto más extendido de la humanidad. Por eso presentamos una iniciativa que está por aprobar donde se pide cambiar el tiempo de prescripción del delito de abuso sexual infantil.
Hoy el periodo de prescripción es de 10 años en el momento en que se comete el delito. Hoy lo que vemos es que una víctima de abuso sexual infantil no denuncia en tiempo debido a que cuando un niño o niña es objeto a sus tres o cuatro años de edad de un abuso se observa que el delito ya no se castiga cuando estas víctimas llegan a los 14 años de edad, sobre todo porque encontramos que los victimarios son parte del círculo cercano, como el hermano, la prima, el primo, los padrastros o gente muy cercana a la familia; es muy difícil que un niño que todavía no se vale por sí mismo y que además es dependiente económicamente y que incluso no es consciente de la gravedad de lo que pasó.
Para nosotros, en el trabajo legislativo que estamos haciendo, es que la víctima tenga el derecho de señalar a su agresor y en segundo lugar darle el castigo, pero también evitar que se dé la reincidencia.
De acuerdo a datos de la Asociación Americana de Psiquiatría, un agresor sexual infantil llega alcanzar hasta a 164 víctimas, en promedio, y con ese antecedente lo que se busca es que un victimario no siga cometiendo este tipo de abusos.
¿Qué tipo de prescripción están proponiendo para poder castigar el abuso sexual infantil?
—Lo que estamos proponiendo es que cuando la víctima cumpla 18 años todavía se tengan 10 años para castigar al agresor, aunque se ha explorado la idea quitarle la prescripción al delito para que se pudiera denunciar en cualquier momento. Tenemos antecedentes de casos muy significativos, uno de ellos se dio en Italia, donde después de 20 años de que sucedió una agresión, se presentó la denuncia y se impuso la sanción correspondiente.
Este tipo de conductos y de delitos tienden a ser un reto importante por lo difícil que es tener los elementos de poder probar y sancionar este tipo de conductas ante las autoridades, porque normalmente estas agresiones se dan en algo que se conoce como habitaciones vacías, donde únicamente está la víctima y el victimario y por lógica no hay testigos y si no hay pruebas se vuelve difícil poder comprobar.
¿Hoy cómo están las sanciones penales para quienes cometen abusos sexuales infantiles?
—Estamos haciendo una propuesta para aumentar la pena. Por ejemplo, en el artículo 161 de la violación a menores de edad, la pena vigente es de 12 a 30 años de prisión y nosotros estamos proponiendo de 16 a 40 años, esto basado en un análisis que hicimos para comparar lo que se tiene en otras legislaciones locales y lo que buscamos es que Querétaro cuente de las penas más graves en el país en cuanto a la sanción de este tipo de delitos.
Abuso sexual a menores es de 4 a 8 años y nosotros estamos proponiendo de 5 años y cuatro meses a 10 años; estupro a menores de edad en este momento la sanción vigente es de 4 meses a 6 años de prisión y nosotros estamos proponiendo de 1 a 8 años de prisión.
En el artículo 167 Bis, el acoso sexual a menores se aplican las misma penas si es contra adulto o menor en el tema vigente, nosotros estamos proponiendo que se imponga una pena específica cuando el delito es hacia un menor: de 2 años y seis meses a 8 años de prisión.
En el caso de hostigamiento sexual a menores, estamos proponiendo una pena de cinco años y cuatro meses a 10 años de prisión.
En conclusión, estamos buscando fortalecer el castigo en cuanto al tema de la prescripción y también en cuanto a las penas, esas son nuestras propuestas, a pesar de que creo que pudiéramos incidir más y seguramente en próximos meses estaremos proponiendo otra iniciativa para sancionar este tipo de delitos; estamos en el análisis.
¿En qué proceso legislativo va esta iniciativa?
—La iniciativa se encuentra en análisis en la Comisión de Procuración de Justicia y, platicando con la diputada presidenta de la Comisión Verónica Hernández, se tiene previsto que para la siguiente sesión -que deberá ser en el transcurso de esta quincena- ya debe de estar dictaminada con algunas modificaciones que le hicieron, por eso ya lleva alrededor de cuatro meses en análisis y esperamos que para la siguiente sesión de Pleno se debe de aprobar y de inmediato se deberá publicar en el Diario Oficial. Antes de que termine el año deberán tenerse los cambios a la ley.
¿Cuál es el consenso que hay con todas las fuerzas políticas que tienen presencia en la Legislatura para sacar adelante esta iniciativa?
—Todas se han sumado a esta iniciativa, todos estamos a favor de incrementar las penas y en este momentos estamos en la etapa de ajustar el dictamen para tener claridad de cómo quedará el periodo de prescripción, pero estoy seguro que cuando pase al Pleno la iniciativa será apoyada por todos los grupos parlamentarios.
En este tema es muy importante la capacitación y concientización de los padres en esta problemática, porque muchas veces los papás no tenemos los elementos para darnos cuenta de si algunos de nuestros hijos puede ser abusado, por lo tanto es importante conocer cuáles son las conductas que identifiquen una posible agresión para poder prevenirlo.