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Reconocida en México por su programa noventero El balcón de Verónica, Vero Macías regresa a la pantalla chica con Cambiemos de chamba; un nuevo proyecto televisivo de humor blanco con el que busca desatar las carcajadas de todos los mexicanos, sólo que esta vez lo hará con la ayuda de diferentes artistas y deportistas famosos, quienes durante todo un día desempeñarán un trabajo común y de pie, lejos de sus espacios laborales más habituales.
Cada sábado a partir de las 21:00 horas, por a+ de TV Azteca, será transmitido este hilarante programa, por el que ya han desfilado algunos famosos como Pedro Sola haciendo de tortero, Carlos Bonavides como pollero, Armando González El muñeco trabajando de carnicero, Penélope Menchaca de tortillera, y el afamado luchador Tinieblas Jr. y su fiel compañero Alushe cambiaron el ring por los delicados quehaceres dentro de un salón de belleza.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Macías habló más acerca de este nuevo proyecto, recordando durante la charla sus primeros trabajos en televisión, donde recién cumplió 30 años como conductora, actriz y productora.
Estudiaste Periodismo y Comunicación en la UNAM, ¿cuáles fueron tus motivaciones y primeros pasos dentro del medio televisivo?
—Desde que estaba en la licenciatura comencé a trabajar en Televisa, en ECO Noticias. Ahí fue donde arranqué con mi carrera profesional como reportera y donde conocí a Paco Stanley.
¿Siempre tuviste esa facilidad para decir cosas graciosas y hacer comedia?
—Aunque el público no lo crea, yo era una niña muy tímida, penosa e insegura, y hasta la fecha soy así. Eso sí, cuando me pones un personaje, una cámara y un micrófono, me transformo en otra, pues eso es lo que me da el valor de hacer muchas cosas como en El Balcón de Verónica, donde desarrollaba bromas atrevidas. Un día platicando con Eugenio Derbez, me dijo: “Verito, yo soy igual; en la vida real somos muy inseguros, pero lo que nos da seguridad es tener un personaje, una cámara y un foro, ahí es cuando se agarra el valor”.
¿Cómo viviste esa transición de trabajar para un noticiario y posteriormente encabezar programas con un formato de entretenimiento?
—Mi trabajo como reportera fue durante un periodo muy corto, a lo mucho duré un año en lo que empezaba a desenvolverme en ECO. Aunque en realidad yo no hacía noticias, sino más bien espacios de corte cultural, que a nadie le gustaban. Recuerdo que un día de aquellos me salí a la calle con una cámara para ver qué grababa y se me ocurrió filmar a unos niños que se estaban yendo de pinta de la secundaria; traían su uniforme y sus mochilas al hombro y los empecé a seguir. Cuando me acerqué hasta ellos —sin dejar de grabar— les pregunté: “Oigan, ¿se fueron de pinta?”, y que se echan a correr, esa fue la primera broma que hice. Cuando la transmití en el foro en vivo, la gente se empezó a reír y no dejó de aplaudir. Fue entonces que supe que por ahí iba la cosa. Eso fue al año y medio de que entré a Televisa, como en 1990, y a partir de entonces comencé a realizar mi segmento con Paco Stanley.
Con El Balcón de Verónica abriste una importante brecha en cuanto a la producción de programas cómicos hechos a pie, donde al volverlos a ver, nos permiten apreciar cómo eran las dinámicas en los años 90’s, desde la estética hasta la vida cotidiana.
—Sí, y lo estoy reviviendo con Cambiemos de chamba, pues aquél fue un programa que tuvo mucho éxito porque se realizó en las calles de manera muy natural, me gusta mucho trabajar con la gente, prefiero estar en las calles que en los foros y encontrar personas de nuestro México que pueden ser tan chistosas con sus reacciones, sin nada de actuación de por medio.
En México nos reímos de todo y de eso se trataba el programa, era salir a las calles y buscar a alguien para hacerle una broma inocente. Como aquella en la que preguntaba al azar: “¿usted recuerda a los Imecas? ¿Qué nos puede decir de ellos?”. Y la gente sigue contestando lo mismo que me respondían en los noventas: “Ah pues los Imecas venían de Perú”, o “¡ah! Es una cultura de la que venimos, son de nuestras raíces”. Sin duda, las bromas de hace 20 años nos siguen dando risa hasta el día de hoy.
¿En qué momento se te ocurrió hacer Cambiemos de chamba?
—Este idea se me ocurrió desde hace muchos años. El proyecto tenía un nombre diferente, Estrellas del oficio, y lo ofrecí a varias empresas como Televisa, pero no salió antes debido a que muchas no contaban con presupuesto para producir programas nuevos, aunque a todos les encantaba. De hecho, en el primer proyecto salía Eugenio Derbez; me lo llevé como pollero al mercado de Mixcoac y al pollero de ese negocio, al estudio de Derbez, para su programa Armando Hoyos. Lamentablemente nunca salió al aire, pero gracias a que nunca quité el dedo del renglón, TV Azteca lo acogió dentro de su programación.
¿Qué se puede ver en este programa?
—Ya voy para dos meses de estar al aire, y al público le gusta porque me llevo a artistas famosos, deportistas y a cualquier persona que sea reconocida a cambiar de chamba, a desempeñar un oficio o trabajo como pollero, zapatero, carpintero, tortillera, lavaplatos; los traslado a un mercado o zona popular y los pongo a trabajar hasta que me dicen: “Vero ya, ya me quiero ir” (risas), porque se dan cuenta de que es bien difícil hacer un oficio. Y después a la gente de ese oficio, la invito a un foro y ahí tienen que hacer el trabajo del artista. Con estas experiencias cómicas es que comprobamos aquél dicho popular: “Zapatero a tu zapato”, ahora sí que cada quien su chamba.
¿Hay algún capítulo que te haya parecido muy divertido?
—Al luchador Tinieblas Jr. y Alushe me los llevé a una estética a hacer manicure, a cortar el pelo y maquillar. Realmente es chistoso porque el enmascarado es un hombrezote de dos metros, haciendo un trabajo de estilista. Y al de la estética, que es un joven delgadito, lo subí al ring, y pues para qué les cuento que corría, gritaba todo asustado porque le daba miedo estar con el luchador.
Hay que mencionar además que en los diferentes programas también metemos cámaras escondidas para balconear a la gente, como ocurría en El Balcón de Verónica, y hacemos bromas divertidas, preguntas capciosas y sketches de comedia.
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