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Conoce de la pobreza porque vivió sobre cartones en una casa que le prestaron cuando nació su hijo, y sabe que la pobreza no es un problema, el problema es estar solo. Pero Fabián David Ríos Temix, ganador del primer lugar del Concurso Nacional de Oratoria EL UNIVERSAL 2018, nunca ha estado solo, su familia es su mayor riqueza, su apoyo y también su inspiración.
Estudió sicología, ahora a sus 29 años de edad, tiene una empresa de comunicación política y maneja los programas Niños Problemas y la Ruta de la Palabra. Para este joven que en cada intervención hace gala de su poesía, ganar el Concurso Nacional de Oratoria y Debate Público EL UNIVERSAL 2018, es una recompensa para una historia de trabajo que comenzó a escribir desde muy niño y con todas las adversidades.
¿Qué caminos te llevaron a la oratoria?
—Cuando estaba en la preparatoria, una maestra casi me obligó a incursionar en la oratoria, afortunadamente fui un joven con muchos problemas en la secundaria y el bachillerato, y por eso muchos maestros de oratoria, desde la secundaria, me ayudaron a enfocarme en esta disciplina, a ver que el arte de hablar en público es la mejor manera de expresión; a partir de ahí, fue una constante la oratoria en mi vida.
Es un concurso de jóvenes, ahora como ganador de este certamen, ¿qué mensaje le envías a la gente de tu misma edad?
—Creo mucho en la preparación, más allá de los escuelas, los jóvenes deben prepararse, deben estudiar y leer, de claro en claro y de turbio en turbio, no leer con ahínco, leer con vergüenza, que nos dé pena llegar a nuestra cama en la noche y no haber leído un artículo, principalmente de las páginas de EL UNIVERSAL, leer nos engrandece y nos ayuda a prepararnos, de tal manera que quiero invitarlos a prepararse constantemente y a seguir adelante.
Parte del premio en este concurso es ser editorialista de El Gran Diario de México, ¿qué quieres dar conocer a través de este medio?
—Servirá ese espacio para contar historias, hace mucho tiempo los niños exploradores me reconocieron con una insignia que llamaban El guardador de leyendas, yo era el encargado de guardar las historias de mi grupo de scouts, y eso se me quedó, toda mi vida me he dedicado a resguardar la historia de jóvenes que han pasado de lo más humilde a poder posicionar al estado, va a servir ese espacio para hacer público el nombre de quienes no salen en la televisión, que no se publicitan o que no son tan comunes, tengo un programa llamado Niños problemas en el cual atendemos a jóvenes que son señalados.
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