Como parte del proceso de transformación que ha sufrido la capital del estado durante los últimos años, el Centro Histórico se ha convertido en una zona que se ha ido quedando sin habitantes, debido a la proliferación de comercios, restaurantes, bares y antros, los cuales propician la vida nocturna, principalmente los fines de semana, y también una alta afluencia de turistas.
En las casonas coloniales de esta zona sólo quedan unas cuantas familias y, en muchos casos, se observan inmuebles abandonados.
Las familias de menores ingresos han sido expulsadas a la periferia, pues las antiguas vecindades fueron transformadas en pequeños hoteles, restaurantes, bares o negocios comerciales.
El Instituto Municipal de Planeación (Implan) de Querétaro, reveló que la zona de monumentos históricos del Centro Histórico abarca una superficie aproximada de cuatro kilómetros cuadrados.
La zona se encuentra formada por 203 manzanas, que comprenden alrededor de mil 750 inmuebles históricos o de valor cultural relevante, construidos entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX.
Porcentualmente ha disminuido en los últimos años la población que vive en el Centro Histórico de Querétaro. En el año 2000 habitaba en esta zona 12.5% del total de la población contabilizada en el municipio; en 2005, el porcentaje bajó a 11.4%, y en 2015 pasó al 10.8%.
Alfonso Esguerra Avendaño, quien vive en el barrio de La Cruz desde hace más de 30 años, ha visto cómo grandes casonas se destruyen o se convierten en negocios y departamentos, por ello le reprocha al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que no proteja esta zona que en 1996 fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
“La gente está vendiendo sus casas, al principio se tuvo un auge de crear fraccionamientos nuevos aquí en el centro y todos querían vivir aquí, pero ya las cosas han cambiado. Yo he pasado toda mi vida aquí y he visto, por ejemplo, cómo las casas de mis vecinos se convirtieron en negocios, la que fue mi escuela de música ahora la modificaron para hacer departamentos”, comparte Alfonso, quien además es secretario de la Asociación para el Impulso, Promoción y Desarrollo del Centro Histórico de Querétaro.
La familia de Alfonso es una de las aproximadamente 10 familias que fundaron dicho barrio y que todavía viven ahí, las demás han vendido o rentado sus casas para vivir en otras zonas de Querétaro, ¿La causa?, exceso de ruido provocado por los bares, falta de estacionamiento, inseguridad, deficiente recolección de basura y mala movilidad, situación que empeora con cada fiesta patronal.
Alfonso dice orgulloso que su barrio “es el más cuetero y fiestero de todos”, hace unos años se disfrutaba, pero ahora no es así; con cada fiesta se tiene el problema del estacionamiento y las calles se llenan de basura, pues a su parecer, el actual sistema de recolección no da resultado.
“Hay restaurantes que ya ni siquiera son eso, sacan así su licencia y luego se convierten en bares y los vecinos no aguantan el ruido, hay otra cafetería que acaba de abrir pero cada noche hay fiestas. ¿Y entonces qué hace el INAH? Porque para hacer esos negocios modifican las casas."
“El INAH tiene mucha culpa en que se hagan esas modificaciones. ¿Y el municipio? ¿Dónde están sus inspectores? ¿Por qué no revisan que los negocios vendan lo que realmente dice su licencia? Desde hace 10 años que se dio el boom de estos negocios en el centro, no estoy en contra de ellos, siempre y cuando respeten el reglamento municipal. Sé que en parte estos negocios se necesitan porque eso detona el turismo, pero que también tomen en cuenta a los colonos que vivimos aquí”.
La falta de espacios para estacionarse es uno de los problemas más graves para las personas que viven en el centro, pues no sólo afecta la cotidianeidad de sus días, sino que también afecta su bolsillo.
Desde que está prohibido estacionarse en la mayoría de las calles del centro, Alfonso paga 900 pesos al mes por estacionar su auto en una pensión. Al año paga más de 10 mil pesos por aparcar su vehículo en un estacionamiento.
“Antiguamente te daban un permiso para poner un señalamiento en tu casa y poder entrar y salir, pero este gobierno municipal quitó todos sus permisos, si yo me estaciono afuera de mi casa me quitan la placa. Ahora dejo mi carro en el estacionamiento, debo pagar una pensión que asciende a 900 pesos mensuales”, comenta Alfonso Esguerra, quien a pesar de las dificultades ama vivir en el Centro Histórico de la capital, y en el barrio que también fue el de sus padres: La Cruz.
Por su parte, Norma Ofelia Leyva Torres, quien tiene 42 años de vivir en el Centro de Querétaro, señaló que quienes habitan esta zona han exigido a la autoridad que ya no otorguen más licencias para ventas de alcohol.
“Nosotros como habitantes del centro tenemos problemas con los dueños de los antros, bares y algunos cafés que tienen música en vivo, porque no bajan los decibeles del ruido”, apuntó.
Precisó que el problema lo viven principalmente los jueves, viernes y sábados, “la verdad es que es muy difícil vivir en esta zona de la ciudad y convivir con este tipo de negocios, principalmente en la calle 5 de Mayo”, señala.
Expuso que este tipo de casas, las ubicadas en el Centro de la ciudad, fueron construidas en su momento para darles el uso de habitación “Por lo tanto no tienen una estructura adecuada para que pongan música en vivo, música electrónica, escuchamos la guitarra toda la noche y no dejan dormir”.
Por esta situación, subrayó que mucha gente que es dueña de inmuebles en el centro prefiere abandonar el lugar para irse a vivir a otro lugar de la ciudad. “Hay vecinos que tienen más de 70 años de vivir aquí y ya no saben cómo resolver el problema”.
Leyva Torres subrayó que “El Centro es la zona más bonita de la ciudad, pero ya no se puede vivir, porque además tenemos muchos franeleros que nos provocan inseguridad en la zona porque se enteran a qué hora salimos y cuando regresamos a casa”.
También dijo que se observa un mayor incremento de inseguridad, "Ya es común que se den muchos robos entre las 14:00 y 15:00 horas a negocios”, aseguró.
Cabe destacar que desde 1996 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al Centro Histórico de la ciudad de Querétaro Patrimonio Mundial.