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El arte puede llegar a converger en diversos materiales. Diseñar y crear arte con los instrumentos tecnológicos que usualmente sirve a la industria metalmecánica, es un lujo que el Museo del Metal se da, afirma Alejandro Moreno, uno de los fundadores de este concepto en el municipio de Tequisquiapan.
Desde hace 15 años, Museo de Metal es un concepto que ha buscado establecerse en Querétaro, plasmando el arte de pasar el láser en acero inoxidable o materiales como MDF. En sus inicios, tenían el nombre de Next Innovación, y los trabajos que realizaban eran para bares y discotecas.
Hace ocho años decidieron cambiar el nombre a Museo de Metal para hacerlo más atractivo y cercano a la gente.
“El nombre de Museo de Metal era mucho más comercial, llamaba más la atención. Estamos trabajando para generar diferentes puntos de venta, tenemos la página, Twitter, Instagram, Facebook y tres líneas de atención al cliente”, dijo.
El arte de cincelar en metal
Los productos principalmente son cuadros que son diseñados línea por línea en una placa de acero inoxidable mediante una máquina que produce un láser potente y capaz de delinear o cortar el metal de acuerdo a los pedidos.
Algunos diseños incluyen celosías, árboles de la vida, elefantes, figuras retro, lámparas, letras pulidas o logotipos en relieve, además de manteles de acero.
“Nosotros nos dedicamos al arte, es una gran diferencia de compañías, no somos los únicos, pero sí podríamos decir que somos los únicos que realmente tenemos el tiempo para crear este tipo de cosas”, refiere Alejandro.
El proceso de manufacturar los cuadros consiste en ver primero las necesidades del cliente, si quieren un cuadro, un logotipo o letras.
Su página web cuenta con una galería virtual en la que le dan a conocer a los clientes los posibles diseños o si quieren uno propio. A partir de ahí se mandan los primeros bocetos para que el cliente lo apruebe y de dos a tres semanas comienza el proceso de creación.
El diseño aprobado se pasa a la máquina especial que le va dando forma al cuadro. Posteriormente, se le dan acabados con pintura especial en las partes delineadas por el láser, se enmarca y se envía al cliente.
“Tenemos una galería virtual de 700 modelos que actualmente trabajamos sobre pedido porque a nosotros no nos conviene tener 700 cuadros que pueden quedarse décadas aquí. En hacer las obras nos tardamos 30 días”.
La única limitante de los cuadros, comenta el diseñador, son los detalles. Al ser un proceso línea por línea, dibujar un rostro, o un cuadro como La última cena, de Leonardo Da Vinci, sería imposible y el proceso tardaría años. Por eso, casi siempre los diseños consisten en siluetas y logotipos sencillos.
“Estos cuadros se crean con una máquina láser de 6 mil watts, la cual se hace en un programa especial y se hace línea por línea hasta crear obras. Se hace en un plano de la computadora, no podemos hacer todo porque hay ciertas cosas que en metal es relativamente imposible, solamente siluetas ya que para un cuadro puede llevar hasta un millón de líneas”.
Obras irrepetibles
Para el caso de los logotipos, el trabajo es más sencillo para el láser pues sólo se tiene que ampliar la potencia para realizar los trazos.
Alejandro comenta que casi siempre solicitan pago por adelantado para evitar el plagio de los diseños que realicen. El diseño puede ir desde una taquería hasta diseños de corporaciones.
Cuando Museo de Metal comenzó, coincidió con el auge del internet, por ello han aprovechado este medio, a través del cual han logrado la mayoría de las ventas.
Este acceso al mundo global mediante el internet les ha permitido que las obras que diseñan en Museo de Metal trasciendan a países como Estados Unidos, Alemania, España y Brasil principalmente. No obstante, el mercado principal lo tienen a nivel nacional, enfocados en el norte y centro del país.
“Realmente nuestro fuerte es México por el detalle de que los envíos son muy caros al momento de mandarlos, es muy caro enviar a otros lados, vale mucho más que el cuadro”.
El Estado de México y la Ciudad de México son dos de los principales mercados para sus creaciones, sin embargo, al abordar el estado de Querétaro, Alejandro señala que les ha costado mayor trabajo porque no tienen una galería en espacios específicos.
“Querétaro es un estado que nos tiene muy olvidados, a pesar de que le metemos publicidad a Facebook y todas las redes sociales para que lleguemos a más personas. Ahorita con lo del museo está viniendo más gente, la que viene a Tequisquiapan, la que viene a Bernal”.
En próximos días, esperan abrir una tienda en la cabecera municipal de Tequisquiapan para posicionar más el concepto que han trabajado durante 15 años, y posterior a ello, poder tener una galería en el municipio de Querétaro para tener un escaparate del acero transformado en arte.
“Nosotros nos cambiamos aquí a Bordo Blanco y ha habido un crecimiento muy grande, invitamos a la gente a que venga”, finaliza.